Considerado

Quienes tienen pretensiones de que su galardón tenga fama mundial acostumbran a denominarlo como considerado el Nobel Así tenemos el premio Abel para los mejores matemáticos, el Millenium para los tecnólogos, el Turing para los informáticos, el Polar para los músicos, el Gleen Gould para las Artes, o el Pritzker para la Arquitectura. Y muchos más, con las mismas pretensiones de sumarse a la fama del Nobel. En cine, por ejemplo, empezaron los Oscar en EEUU y ya no hay país que no tenga un certamen similar con pretensiones, ceremonia de entrega incluida.

Ayer nos dijeron que Amancio Ortega es el hombre más rico del mundo. Es decir, al leonés le ha tocado el Nobel de los ricos, que en este caso lo elige la revista Forbes (y así se promociona gratis en todos los medios del mundo cada seis meses). Ortega es el que más, no el mejor de cada año, como establecen el resto de premios citados. Un simple y riguroso cálculo de su fortuna a partir de la cotización bursátil de Inditex, más beneficios y patrimonio, son los parámetros del cálculo. Pues bien, para completar la serie: el Nobel de la Enseñanza, Global Teacher Prize, es el más reciente y lo patrocinan los Emiratos Árabes Unidos. ¿Qué enseñan esos emires, los ricos de verdad?