Todo cada vez más corto

Desde hace un mes llega a los quioscos un nuevo semanario de información llamado Ahora. Se edita en Madrid y sus intereses son la política, la economía y la cultura. Uno intuye de entrada que se inspiran en los clásicos alemanes Die Zeit o Die Welt, aunque con menos páginas, y quizá por eso la edición en papel busca un formato grande, de sábana, que permita artículos en profundidad. Como hoy en día es un tamaño poco habitual en España, el semanario incluye en portada unas instrucciones de uso para que el lector aprenda a manejarlo. Es una decisión sorprendente, que tiene un aire de paternalismo esnob, pero puede verse también como un juego irónico, una crítica a la prensa actual. Porque la verdad es que en los últimos años todos los periódicos han reducido el espacio de lectura. Las informaciones son cada vez más breves, se resalta el titular y la opinión, la infografía, y escasean los artículos de fondo, crónicas o reportajes que ilustren sobre una cuestión actual o abran horizontes.

Durante una década, pongamos, la imagen y la necesaria publicidad ganaron espacio a la palabra, pero luego los diarios gratuitos, el auge de internet y la crisis se llevaron por delante la publicidad y los periódicos empezaron a recortar páginas. Nadie se libró. Un diario de referencia como Libération, por ejemplo, hoy parece la hoja parroquial. Quizá la solución para atraer al lector pasaba por volver a la palabra y dar profundidad a los contenidos -casi como una medida económica contraria a la austeridad-, pero nadie se atrevió y puede que ahora sea tarde. El ascenso de los medios digitales ha exacerbado la situación. Facebook y Twitter reproducen lo superficial y lo breve, la actualidad convertida en un titular, un aforismo o una pincelada de frivolidad, pero con aires de sentencia pétrea. El peor síntoma, paradójicamente, son los periódicos digitales que informan sin límite de espacio, con artículos largos, pero se toman la libertad de subrayar lo importante. Mal asunto, cuando se desconfía del criterio y la concentración del lector.