OPINIÓN

Y la industria del automóvil hizo ¡BUM!

OLGA GRAU

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El fraude masivo y sistemático orquestado con total impunidad por el consorcio alemán Volkswagen (VW) durante años en todo el mundo, con más de 11 millones de coches con motores diésel trucados para maquillar las emisiones contaminantes, amenaza con hacer explosionar a toda la industria del automóvil mundial y arrasar con la marca made in Germany sinónimo hasta ahora de fiabilidad, seguridad, alta ingeniería y atención al detalle. Volkswagen es un gigante del automóvil que tan solo en el primer semestre de este año vendió más de 5 millones de coches en todo el mundo con unas ventas de 108.776 millones de euros y unos beneficios de 5.558 millones de euros. En todo el mundo, esta corporación emplea a 597.800 personas, de las que 273.900 están en Alemania donde la empresa es una institución, casi una religión, especialmente en la sede corporativa ubicada en Wolfsburg, en el Estado de la Baja Sajonia, propietario de un 20% de las acciones del grupo.

El diésel ha sido la gran estrategia de la marca para ganarse al mercado americano y superar a General Motors, así como para batir a la japonesa Toyota como número uno mundial. El descubrimiento por parte de las autoridades estadounidenses de que VW usaba un software para alterar las emisiones en el momento de los test plantea ahora una larga lista de interrogantes. En primer lugar, si VW ha realizado esta práctica de forma masiva desde el 2009, es lógico pensar que la cúpula lo sabía y lo había autorizado ya que las ganancias económicas derivadas del trucaje han sido importantes. En segundo lugar, el organismo de control del grupo está integrado por los accionistas de la empresa, lo que incluye a la familia Porsche y el Gobierno del land alemán, además de a los sindicatos, todos presuntos cómplices.

En tercer lugar, los test de contaminación han burlado no solo a las autoridades alemanas, sino a las europeas. La propia Comisión Europea ha reconocido saber desde el 2007 que los test de emisiones en laboratorio no son fiables, pero no ha hecho nada. Por último, si VW ha usado el diésel para ganar cuota de mercado a costa de vender a los consumidores coches por los que pagaban más bajo el supuesto de que contaminaban menos y eran más eficientes, ¿lo habrán hecho otros fabricantes teniendo en cuenta que todo el mundo hacía la vista gorda a cambio de las millonarias inversiones de la industria y los empleos? La sombra de la sospecha se extiende al resto de los grupos alemanes, como BMW y Mercedes, y al resto del sector. Por último, las emisiones tóxicas de los coches llegan a causar hasta 58.000 muertes al año tan solo en EEUU, según varios estudios. Así que este engaño no solo va de ganar más dinero.