Un nuevo foro de reflexión

El valor de una sociedad culta

El Consell Social de la Cultura aglutina a diferentes colectivos para debatir e impulsar los planes culturales

FERRAN MASCARELL

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El Govern ha creado el Consell Social de la Cultura. Lo componemos representantes de instituciones sociales, de organizaciones empresariales y sindicales, organismos sociales de promoción de los jóvenes, de las personas mayores, etcétera. No es un organismo de representación del sector cultural, es un organismo donde se reúnen las entidades de los diferentes sectores sociales para participar en un foro de debate sobre cultura, destinado a traspasar sus umbrales tradicionales y acercarse lo máximo posible al resto de la sociedad.

Muchos pensamos que sin cultura desaparecerían los valores y los conocimientos que nos permiten construir una vida consciente y libre. Sabemos que desgraciadamente mucha gente cree que la cultura es solo entretenimiento. Pero también somos muchos los que no imaginamos los procesos sociales sin la influencia humanizadora de la cultura. Cuando hablamos del valor de la cultura nos referimos a lo que le es intrínseco, que es conformar nuestros conocimientos, nuestros valores, iluminar la vida interior, enriquecer el mundo emocional, cohesionar nuestras individualidades. Por ello damos valor a la cultura. No en vano aseguramos que somos nación porque la cultura nos ha dado el hilo que ha permitido tejer nuestra identidad social y nuestra continuidad. Somos una nación justamente porque la cultura ha sostenido nuestra singularidad política y ha hecho de dique a todas las voluntades armonizadoras sufridas.

A muchos se nos hace difícil imaginar la vida individual y social sin las ideas, conocimientos y valores depositados en nuestras mentes, o por delegación, en las bibliotecas, en el patrimonio conservado generación tras generación, en nuestros centros de investigación. Se nos hace difícil imaginar la vida sin contrastarnos con las ideas y sensibilidades de los autores literarios y teatrales, de directores de cine, de artistas que exponen en las galerías, sin la reflexión social y estética que hay detrás de cada obra.

La cultura es esencialmente expresión de nuestros afanes para entender el pasado, construir el presente y, también, encarar nuestros retos y anhelos de futuro. Es con la cultura con lo que cada uno nos convertimos en lectores, espectadores, ciudadanos curiosos y críticos, y en protagonistas de nuestro presente, capaces de saber de dónde venimos y adónde queremos ir. Sin cultura, como diría el sociólogo Max Weber, «el hombre no habría conseguido lo que ha sido posible, justamente porque ha intentado conseguir lo que parecía imposible». Las entidades convocadas a formar parte de este Consell Social de la Cultura, en representación de los sectores no intrínsecamente culturales de la sociedad, se han comprometido a profundizar en los beneficios de una relación más fecunda entre la cultura y los otros ámbitos de la vida social. Desde la cultura les hemos pedido que nos ayuden a socializar la idea de que este es un recurso nacional estratégico y que es bueno que sus efectos lleguen a todos y tengan la consideración necesaria en las políticas públicas.

Sabemos que la solidez de la cultura aporta muchos beneficios al conjunto de la sociedad. Es cierto que no podemos demostrar que la participación cultural ayude a reducir, por ejemplo, el número de reincidentes en determinados tipos de delito, pero sí sabemos que cuando a un barrio del país -problemático o no- lo equipamos con una buena biblioteca estamos construyendo el primer espacio de integración social para mucha gente. Conocemos la importancia social de los programas de aprendizaje de lengua para los recién llegados, de un programa cultural en las aulas y en las prisiones o de payasos en los hospitales infantiles. Sabemos del valor del programa de recuperación del Románico de Boí para el desarrollo del territorio y el fortalecimiento turístico de su valle. Conocemos la importancia que tiene la recuperación del monasterio de Scala para la comarca del Priorat.

El consejo es un instrumento nuevo y para el Govern muy importante. Nos puede ayudar a superar discursos tradicionales donde el ámbito de los profesionales de la cultura se miran exclusivamente en ellos mismos y la sociedad mira la cultura como sinónimo de diversión y entretenimiento. Todos queremos una sociedad consciente, libre y responsable. Y esta sociedad culta solo será posible en el marco de una colectividad que sitúe la cultura, el intercambio de reflexiones y conocimientos, en el centro de su vida pública. Así es en todas las sociedades capaces de hacerse responsables de su futuro. La cultura no puede ser una responsabilidad solo de la gente de la cultura, sino del conjunto de la sociedad. Este es el objetivo del Consell Social de la Cultura constituido el pasado 3 de marzo.