Más Europa, sin hablar de Europa

NÚRIA ORRIOLS

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"En política no puedes esquivar las grandes decisiones, tienes que hacerles frente". "No puedes mantener a la gente dentro de una organización en contra de su voluntad". Estas son declaraciones que el primer ministro británico, David Cameron, ha hecho recientemente a la radio de la BBC. Aquí, el jefe del ejecutivo español habla de "disgregación" y de ir en contra de la historia cuando se refiere al soberanismo. Ojalá, el sentido común pudiera acceder a La Moncloa. En Escocia las próximas elecciones de 25 de mayo –para ellos en el 22– también se vivirán como la antesala del referéndum, y Edinburgh pretende mostrar con votos su europeísmo frente al euroescepticismo británico.

Por mucho que se intente, Europa siempre queda en segundo plano. Aquí y allá. Ya hemos visto y escuchado los spots de campaña de los partidos catalanes. Viviremos quince días de propaganda –a través de bloques electorales que ponen en entredicho el derecho a la información– en que los cabezas de cartel defenderán su estatus en clave interna, y no europea. Mas comparte foco con Tremosa en los vídeos de campaña y tomará protagonismo en los mítines centrales de CiU. Oriol Junqueras aparece entre Terricabras y Maragall. El liderazgo de Navarro en el PSC depende del resultado de Javi López. El PP quiere avalar los recortes en las urnas. Y ICV-EUiA juega una partida propia y presume ser la única formación con una familia estatal y europea que asume el derecho a decidir. "Más Europa", pero sin hablar, en realidad, de Europa.

En la sede de la calle Còrsega se ha tomado la decisión de implicar a Mas en esta campaña. Una apuesta, sin duda, arriesgada: vincular el éxito del partido en estos comicios y el liderazgo del President de la Generalitat en el proceso es un déjà vu. Es cierto que esta será la lectura que se hará desde Madrid pero, ¿era necesario avalar esta tesis a través de la campaña? Cuando en las pasadas elecciones autonómicas Mas pedía ser un Salmond a la catalana, el electorado prefirió liderazgos compartidos. La estrategia vuelve a poner entre espada y pared al elector soberanista, que deberá elegir entre votar a un partido nítidamente independentista o apoyar el liderazgo del President en el camino hacia la consulta –a pesar de la presencia de Duran en algún mitin–. Con la candidatura unitaria, este dilema no existiría.

Por su parte, el PSC ha apostado por el miedo; recordando aquel "Si tú no vas, ellos vuelven", ahora optan por la personalización: "Ganamos Europa, detenemos Rajoy" –como si el presidente español fuese algún lugar–. Los socialistas ganaron las anteriores elecciones europeas en Catalunya, y ahora aspiran al empate con CiU y ERC. Desde la calle Nicaragua pedirán el voto útil para que el PSOE no haga el ridículo ante un PP desgastado por la crisis y relleno de casos de corrupción. También dirán que el PSC es el único partido de izquierdas en Catalunya que se incorporará en el grupo socialista europeo y podrá incidir en la disputa entre Martin Schulz y Jean-Claude Juncker para la presidencia de la Comisión. Ahora bien, a los críticos siempre les quedará Ernest Maragall que, si el PSOE no lo veta, aspira a ser un socialista en la Eurocámara.

"Fuck the troika"

Los ecosocialistas pretenden construir una Europa alternativa alrededor de Alexis Tsipras y el tándem Ska Keller y Jose Bové. Urtasun y su equipo parecen dispuestos a captar los cupaires que se han quedado huérfanos en estos comicios, y utilizarán el líder de la izquierda griega –muy presente en los discursos de Urtasun– para aglutinar el voto de protesta, también en los jóvenes. El acto central de las juventudes en el Parc de la Ciutadella llevaba el lema "Fuck the troika". En los nombres, no tienen competidor.