El problema de los Ni-Ni y la respuesta de la empresa

Desde hace tiempo enCatalunya sufrimos un problema grave en nuestra sociedad, el de losjóvenes que ni estudian ni trabajan: los Ni-Ni. Nuestro país, Catalunya, se sitúa entre los que presentan unos índices más altos dentro de la UE, un 24,8%. Este dato se incrementó con la llegada de la crisis pero hay que decir que se ha estabilizado en los últimos años. Muchos jóvenes intentan continuar sus estudios pensando, no sin razón, que eso les facilitará encontrartrabajo.

Hace pocas semanas hubo enBarcelona un encuentro de expertos internacionales que analizaban las razones por las que estos jóvenes están en esta situación y las medidas que deben tomarse para poder recuperarlos.

Las medidas formativas, dicen, son fundamentales, sin duda. Volvían a presentar la estadística bien conocida sobre la tasa de desempleo de los jóvenes con estudios superiores que es de unos 20 puntos inferior al de la tasa de los que no tienen estudios. A pesar de la insistencia de la opinión publicada, que nos dice que los jóvenes formados tienen que marchar, los jóvenes catalanes buscan con ganas aquella formación que les puede ayudar a encontrar trabajo y hay que decir que el sistema educativo, ya hace tiempo que está intentando dar respuesta. Los expertos reunidos volvieron a hablar de la bondad del sistema deFormación Profesional alemán, dicho sistema dual que aporta un valor añadido a las posibilidades deinserción laboral de aquellos alumnos que lo siguen, la proximidad entre formación y empresa mujer en Alemania uno de los valores más bajos de jóvenes “ni-ni” dentro de la Unión Europea. Aclaremos pero la situación. Cuando hablamos de esta cuestión nos miramos siempre el sistema educativo, no deberíamos mirar también nuestro sistema productivo? ¿Qué empresas, con qué estructura y con qué voluntad solidaria nos deben permitir articular esta formación dual?

Debemos saber que este modelo de formación no deja de ser uno de los grandes frutos del pacto social que se dio en Alemania después de la guerra y que compromete tanto a la educación como a la empresa, y, dentro de la empresa, tanto a empresarios como a trabajadores. Deberíamos empezar a mirar cómo se pueden entender solidariamente educación y empresa. Con generosidad y con voluntad de hacer crecer el país. No nos engañemos, laformación dual no depende únicamente de una decisión técnica, de estructura de la oferta de formación, depende también de una visión de país compartida.

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