La alternativa de izquierdas

El PSOE, en estado de alarma

Rubalcaba debe conducir la refundación del partido pero, como Moisés, no entrar en la tierra prometida

ALFONSO S. PALOMARES

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El primer consejo que dan para superar las travesías del desierto es saber dónde están los oasis y estimular con esa esperanza a la caravana. El PSOE se encuentra en plena travesía y parece perdido en un horizonte de arena. La última encuesta del CIS cayó como una lluvia de plomo sobre los socialistas, no es fácil de explicar que el partido de la oposición sufra un desgaste superior al del Gobierno que provocó la asfixia económica con una austeridad sin fin, logrando el record histórico de 6.200.000 parados que viven en una situación dramática, con más de dos millones en estado de miseria y desesperación.

En este paisaje se ha convertido la enfermedad en objeto comercial privatizando hospitales y se ha degradado la enseñanza pública. Es cierto que el PP está en caída libre y queRajoyha perdido la credibilidad, siendo el presidente menos valorado de la democracia. Sin embargo, el PSOE cae todavía más. La ciudadanía vive un pesimismo colectivo y una depresión sin esperanza. Los políticos y los partidos no solo no inspiran confianza, sino que provocan desprecio. No solo son los profesionales y la institución menos valorada, sino que son considerados como uno de los principales problemas.

En este paisaje tan desolado son difíciles de entender el optimismo y las palabras deRajoy. Está encantado con su autismo, no quiere ayuda de nadie, solo admitiría el apoyo si formase parte de su estribillo. Únicamente aceptaría las adhesiones fervorosas. Presume de la bajada de la prima de riesgo, pero sabe muy bien que a los especuladores no les gusta correr riesgos ilimitados: solo atacan cuando la presa es segura y ahora no lo es por la promesa deDraghide intervenir.

He descrito este paisaje global para centrarme en el PSOE en particular. Es el gran partido de referencia de la izquierda, pero padece una parálisis alarmante. Lo más curioso es queAlfredo Pérez Rubalcabaes un magnífico orador, tiene experiencia política y reconocido talento. Sin embargo, a pesar de su brillante proceso verbal nadie le escucha y no inspira confianza. Contra los hechos no valen argumentos. Los hechos desencadenan efectos, y el efecto es que en el partido hay un enorme desconcierto, e incluso si preguntas a veteranos dirigentes te responden que el partido apenas existe. Le falta imán y atractivo para integrar a las diversas plataformas, en general de jóvenes progresistas, que aparecen con una gran frescura renovadora y provocadora en el mejor sentido de la palabra.

El PSOE solo sobrevivirá como partido hegemónico de la izquierda si es capaz de formular un proyecto que articule los nuevos planteamientos progresistas, limando las estridencias de algunos para que lo perciban como partido de gobierno. En estos momentos hay que reconocer que la mayoría de los ciudadanos que se consideran de izquierdas y progresistas no ven al PSOE como alternativa. Después de año y medio de Gobierno, aRajoyle sigue funcionando lo de la herencia recibida, tanto para disfrazar sus destrozos como para cargarlos en los números rojos deRubalcaba.

No se pueden negar las evidencias.Zapateroha marcado al PSOE con un fuerte tatuaje negativo. Se puede argumentar lo que se quiera, se pueden poner en relieve los logros del expresidente en cuestiones de libertades individuales, y sin duda lo harán muchos historiadores, pero en estos momentos la mayoría social ve aZapateropor el lado que le da la sombra. Y ahí acumula demasiada oscuridad.

El PSOE tiene que hacer una renovación profunda o, si se quiere, una refundación. No sería la primera vez. Incluso creo queRubalcabaes el líder más indicado para llevarlo hasta esa meta, pero después deben aparecer nuevos rostros y nuevas ideas. Su discurso tan constructivo y responsable como líder de la oposición no funciona. Lo acabamos de ver. Los desaires deRajoyno pueden ser más claros. La puesta en escena cuando se produzca la renovación socialista tiene que hacerse de una manera llamativa, incluso exige una cierta teatralidad. Hay que acertar con el modelo de partido y con el rostro del líder. Una cosa sin la otra llevaría a un carro sin eje.

A pesar de todo lo dicho, hay que apuntarse a la esperanza. Se puede. La izquierda ha empezado a moverse en el sur de Europa con nuevas ideas frente al capitalismo financiero, de cuyos amargos frutos nos alimentamos. Los ricos son cada vez menos y más ricos, y las clases medias viajan en mayor número hacia la pobreza. Por eso hay que combinar las políticas de rigor con las de crecimiento. En esta apuesta tiene que estar el futuro PSOE. Es cierto que lo estáRubalcaba,pero está amortizado y, comoMoisés, no va a entrar en la tierra prometida. Los rostros del retablo deZapaterosuenan a pasado, aunque sean jóvenes. Serían la lluvia después de la lluvia.