Análisis

El triángulo azulgrana se queda sin un vértice vital

ANDRÉS JIMÉNEZ

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Mucho se ha hablado esta semana de lo que debería hacer el Barça tras el palo humano y deportivo que ha significado la baja dePete Mickeal. En mi opinión, es obvio que la posibilidad o no de un nuevo fichaje pasa por lo que en un futuro cercano marquen los resultados. Y me refiero concretamente a que el objetivo principal del Barça en estos momentos es prepararse de la manera más adecuada para afrontar con las máximas garantías el próximoplay-offde la Euroliga, último paso para estar en la ansiadafinal four de Londres.

De ahí que lo lógico sea queXavi Pascual, al no poder fichar a estas alturas a ningún recambio para esa competición, haya optado por dar más protagonismo a jugadores comoInglesyRabaseda. Pero sería un grave error pensar que la responsabilidad debe recaer únicamente sobre esos posibles sustitutos. Para nada. Como bien apuntabaNavarro, la solución no consiste en que tanto el recientemente nombrado mejor deportista australiano como el de Ripoll aspiren a querer ser lo que no son. La clave será ver si todos los miembros de la plantilla, incluidos los dos mencionados, logran rein-

ventarse lo suficiente como para lograr hacer pasar lo más desapercibida posible la ausencia de un jugador calificado de manera unánime por todos como insustituible. Y es que, por mucho que lo sucedido el viernes pasado en Siena pueda hacer pensar otra cosa, la tarea es mucho más complicada de lo que parece.

No hay más que echar un breve vistazo a las estadísticas para darse cuenta que tres son los hombres sobre cuyas espaldas recaía hasta ahora la mayor responsabilidad del equipo que dirigeXavi Pascual: Ante Tomic, Pete Mickeal y Juan Carlos Navarro. También es un hecho que tanto en la ACB como en Euroliga estos tres jugadores son los únicos miembros de la plantilla que acumulan medias de anotación por encima de los dos dígitos. Pero no es solo una cuestión de cantidad, como pueda parecer a simple vista; también de calidad. Los tres pilares estaban situados en posiciones estratégicas. Un exterior y anotador nato (Navarro); un exterior fuerte que puede además jugar de espaldas y que es capaz de defender con garantías a aleros más altos (Mickeal); y un interior anotador y reboteador (Tomic). Un triángulo casi perfecto. Ahora solo quedan dos vértices y, como todo el mundo sabe, una plataforma con dos patas es menos estable que una de tres. Eso sí, tener aInglesen la recámara es de gran ayuda.

Será interesante ver el recorrido que pueden dar tanto el australiano comoRabasedaen estas circunstancias. El Barça debe conseguir formar un nuevo puntal ofensivo sobre el que apoyarse con garantías. Si no es posible en base a un solo jugador de carácter, lo tendrá que lograr en base a la suma de dos de ellos. Por tanto, ha llegado la hora de queMarcelinhoconsolide su regularidad y queLorbekdesaparezca menos momentos de la pista. Ese sería el mejor regalos paraPete.