Dos miradas

Waka-Waka-Wagner

Emma Riverola

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Aunque no de forma oficial, la interpretación pública deWagnerestá prohibida en Israel. Para muchos judíos israelís, la música del compositor preferido deHitleres el símbolo del horror nazi. «¿Cómo puede usted dirigirlo?», interpeló una mujer aDaniel Barenboim,el genial músico y director israelí. «Yo vi cómo conducían a toda mi familia a las cámaras de gas mientras sonaba la obertura deLos maestros cantores. ¿Cómo quiere que vuelva a escucharlo?». Pese a las presiones, en julio del 2001, al finalizar un concierto en Jerusalén,Barenboimse encaró al público y propuso interpretar un breve extracto deTristán e Isoldacomo bis. E invitó a abandonar el recinto a quien se sintiera ofendido. Casi 3.000 israelís asistieron entregados a la magnífica ejecución y la coronaron con aplausos emocionados.

En un terreno menos exquisito y afortunadamente menos doloroso, parece que el Real Madrid no quiere queShakiray suWaka Wakavuelvan a resonar en los altavoces de su estadio. El gran pecado de la cantante colombiana es ser la novia del jugador azulgranaGerard Piqué. La medida roza el esperpento, de tan pueril ni siquiera es trágica. Es comparable al gesto del niño que se tapa los ojos para no ver ni ser visto. En cualquier caso, esperemos que el movimiento de caderas deShakiraacabe imponiéndose a ese veto de trazos sectarios. Prohibir la música nunca es expresión de nada bueno.