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El PSC y la vuelta de Corbacho a Catalunya

 La opinión del diario se expresa solo en los editoriales. Los artículos exponen posturas personales.

El anuncio de que Celestino Corbacho dejará el Ministerio de Trabajo para ir en las listas del PSC en las elecciones al Parlament es relevante, aunque solo sea por la personalidad del que fuera exitoso alcalde de L'Hospitalet, la segunda ciudad de Catalunya y una de las primeras de España, que representa lo mejor de la tradición municipalista del socialismo catalán.

El retorno de Corbacho tiene una primera lectura. Es el primer paso de una crisis de gobierno gradual que Zapatero llevará a cabo por fases en los próximos meses. Enviando a Corbacho a Catalu-

nya, o a Trinidad Jiménez a la batalla por Madrid, quizás a Miguel Ángel Moratinos a la de Córdoba, intentará reforzar las perspectivas del PSOE en las próximas contiendas electorales y, al mismo tiempo, formar un nuevo Gabinete que le permita afrontar con más fuerza el fin de la legislatura. Puede ser una estrategia inteligente, pero todo dependerá del acierto en la ejecución. Y al margen, habrá que ver si se mantiene la cuota catalana de ministros.

La segunda lectura -quizá la principal a corto plazo- es el plus que Corbacho pueda dar a la lista del PSC. Corbacho -como Manuela de Madre o el mismo Montilla- proviene del mundo de la inmigración que contribuyó a hacer del PSC el partido sociológicamente más plural de Catalunya. Por su notoriedad como exalcalde de L'Hospitalet y, hasta ahora, ministro puede reforzar la marca del PSC. Y para el clásico elector del PSOE no está afectado por las trifulcas con Madrid que ha liderado Montilla. Pero la pluralidad del PSC exigirá también mantener el peso de figuras de la corriente catalanista -como Montserrat Tura-, que puede haber perdido peso tras la retirada de Antoni Castells. Sin olvidar, cara al futuro, que el todavía ministro de Trabajo tiene buena sintonía con la cúpula del nacionalismo moderado.

Pero no todo son ventajas para el PSC. Aunque la crisis mundial no es culpa del Gobierno -y menos del responsable de Trabajo-, Corbacho ha sido ministro en un momento de fuerte aumento del paro. Por eso su sacrificada gestión en Madrid no ha tenido la brillantez de sus continuas reelecciones -con mayoría absoluta, pero manteniendo equipos de coalición- en L'Hospitalet. Y la oposición no dejará de utilizarlo en la campaña.