ARTÍCULO

XAVIER MORET: 'Lisboa y Lanzarote, los paisajes del escritor'

XAVIER MORET

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

José Saramago se fue a vivir a Lanzarote a principios de los años noventa, a raíz de la polémica surgida en Portugal tras la publicación de El Evangelio según Jesucristo (1991). Aunque el escritor anunció en un principio que no pensaba regresar a Portugal, ya que el Gobierno había vetado su presentación al Premio Literario Europeo por considerar que su novela “ofendía a los católicos”, tras recibir el Premio Nobel, en 1998, suavizó su postura y desde entonces dividió su tiempo entre su casa de Tías, en Lanzarote, y esa Lisboa tan literaria que asoma a menudo en sus novelas.

Lanzarote y Lisboa eran como el yin y el yang de Saramago, un escritor que necesitaba esos dos paisajes tan radicalmente distintos. Fue en la soledad volcánica de la isla donde escribió sus Cuadernos de Lanzarote, pero fueron los muchos años vividos en Lisboa los que le inspiraron buena parte de sus novelas.

A Saramago siempre le fascinó la vocación atlántica de la capital portuguesa, una ciudad a la que fue a vivir con sus padres en 1925, cuando contaba sólo 3 años de edad. Fue en esta ciudad donde ambientó El año de la muerte de Ricardo Reis (1984), en la que el protagonista es uno de los heterónimos de Pessoa. Saramago sabía que es casi imposible hablar de Lisboa sin hablar de Pessoa, y dispuso el despacho de Ricardo Reis en la plaza Camoes, en pleno Chiado, a un paso del hermoso café A Brasileira y de la estatua de Pessoa donde se hacen fotos los turistas. No muy lejos, junto al mirador de Santa Catalina, imaginó el Hotel Bragança, que es donde se aloja Reis a su llegada a Lisboa. En la colina de enfrente, en el barrio más canalla de Alfama, muy cerca del castillo de San Jorge, instaló Saramago el despacho del corrector protagonista de Historia del cerco de Lisboa.

Lejos del centro, pero sin dejar el estuario del Tajo, se encuentra el majestuoso Monasterio de los Jerónimos, uno de los lugares más interesantes de Lisboa. Fue allí donde Saramago llevó en 1985, cuando él tenía 63 años y ella 36, a la andaluza Pilar del Río, una admiradora de su obra que acabaría convirtiéndose en su esposa.

Para recorrer el paisaje literario de Saramago vale la pena salir de Lisboa para visitar el palacio-convento de Mafra, que inspiró al escritor la novela Memorial del convento (1982), pero quizás para rendirle un sentido homenaje lo mejor es sentarse en una de las mesas del café Martinho da Arcada, fundado en 1778 en la plaza del Comercio, popularmente conocida como Terreiro do Paço. Desde que ganara el Nobel, en 1998, Saramago tiene allí reservada mesa de modo permanente, al igual que su admirado Pessoa. Y muy cerca de allí, por cierto, se encuentra la Casa dos Bicos, una joya de 1523 que albergará, en un futuro próximo la Fundación José Saramago.