Noches en alta fidelidad

3 bares de Barcelona que hierven de música, buenas vibras y ambientazo

A cada copa, un temazo. Te llevamos por nuevos garitos donde importa lo que suena. Ábrete de orejas.

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Albert Fernández

Albert Fernández

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Necesitas música. Y socializar. Pero ya sea por edad o resaca, hoy no tienes cuerpo para darlo todo en la discoteca. Lo que te apetece es tomarte unas copas con tu gente en algún sitio donde importe lo que suena. Por suerte, todavía quedan bares en alta fidelidad, garitos de bis y ovación, con elevada sensibilidad melómana y finos selectores del ritmo

Prendamos la noche con algo nuevo y glorioso: Rouge Cocktail Club (Poeta Cabanyes, 21). Atraviesas un túnel de paredes rojas y sinuosas. A tu paso, elegantes muebles y cuadros de otras épocas irradian misterio e historia. El latido de la música te seduce hasta invadirte definitivamente cuando desembocas en el salón, un escenario de teatro carmesí. El gran telón y los rótulos de cine rematan la sensación de estar en una de Lynch. El mítico local bajó persianas con la pandemia, pero ahora renace con los mismos tonos vivos.

Búnquer cultural

Rouge se ha convertido en coctelería y búnquer cultural de la mano de cuatro socios jóvenes, algunos de ellos miembros de Serielizados Fest, como Betu Martínez, que nos saluda en la barra de baldosas negras. Pronto filosofa sobre el ideario del lugar, un refugio sonoro que conecta con la escena local. Su ubicación clave en el meollo de Poble Sec, cerca de Apolo, El Molino y Paral·lel 62, entre otros, le convierte en punto de encuentro ideal para habituales de la noche y la cultura. Rouge pretende ser altavoz de artistas emergentes, por eso lo mismo ofrece su mesa a 'djs' que empiezan como al colectivo Pértiga Music, la escuela de 'dj' feminista Sin Sync, o clásicos de la escena barcelonesa como Luis Costa o Uri Callejo. 

Mucha presencia femenina, con sonidos predominantemente house y disco, a toda gustera cada viernes y sábado. Su programación no deja de crecer, así que al loro, porque aquí se fraguan lo mismo cócteles que acústicos, 'open mic', pódcasts o espectáculos 'drag'. El culto está servido. 

45/33 es un local enorme, 'retro' y fascinante.

45/33 es un local enorme, 'retro' y fascinante. /

Para seguir vibrando, encauzamos hacia la mejor dupla de locales del Raval. Hace poco 45/33 (Riera Alta, 4) doblaba la apuesta de aires hedonistas del popular 33/45 Bar & Gallery (Joaquín Costa, 4). Sus responsables, Edu y Nachi, logran que sus locales rebosen carisma, buen ambiente y gente guapa. Proponen sesiones de 'dj' largas, para gozar con un buen tardeo. 

El salón 'lounge' 33/45 te hace sentir como en casa. Con maestras como Virginie a los platos, la cosa se eleva por los aires. En 45/33 te reciben dos neones rizados, primer halo de fantasía de un local enorme, 'retro' y fascinante. Desde la cabina del 'dj', las ondas de synth wave y electro asilvestrado vuelven la noche azul. Aquí vale todo, del jazz al pop ochentero. Además de programar a genios como Emilio de la histórica sala Phonotheque, también celebran 'open desks' para que cualquiera se lance con sus vinilos frente al personal

Animación constante

Nuestra tercera apuesta se esconde en una callejuela de Gràcia. Allí acaba de abrir L’Astilla (Vallfogona, 23), una coqueta coctelería que despliega calidez entre las estrecheces de su barra y elegantes sofás. El propietario, Bobby, busca buenas vibras y eclecticismo en la música, tanto da que sea afrobeat, hip hop o dancehall. La animación bajo los neones rojos es constante: 'dj' cada fin de semana, 'quiz' de idiomas y 'jam sessions' entre semana, más 'happy hour' diario de cócteles a 5 €. Ah, y como buen inglés, ha instalado una pantalla para ver el Mundial

El hielo te acaricia el labio. El 'dj' te embriaga con una ola de 'beats' juguetones. En el bar no se baila. Pero en este último sorbo alucinado, te parece ver aflorar sombras danzantes, ondulando sobre las paredes, como si el mundo fuera un filme de animación psicodélica. Ah, la música. 

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