Propuesta independiente

Pony Bravo, música que desafía el "cliché de Andalucía como isla exótica"

El grupo sevillano propone una música con raíces, pero ajena al “chauvinismo y al orgullo de bandera”, en su quinto disco, ‘Trópico’, que presenta este viernes en la sala Paral•lel 62 

Pony Bravo, en una imagen promocional

Pony Bravo, en una imagen promocional / CEDIDA

Jordi Bianciotto

Jordi Bianciotto

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Se ha asociado a Pony Bravo con la estela del rock andaluz de los 70, terreno en el que han prosperado numerosas bandas en los últimos tiempos, pero lo suyo, muy en particular en su quinto álbum, ‘Trópico’, es otra cosa y apunta más hacia la exploración de territorios desconocidos que a evocar o recrear formas ya existentes. Insisten ellos en esa idea, poniendo en el centro “el punto de vista de la cultura crítica” y marcando distancias con “esa burbuja que parece ser Andalucía, cargada de arquetipos que pueden llegar a borrar el talento”.

Hablamos con Daniel Alonso, vértice del trío originario de Sevilla, que ahora trabaja a distancia porque Pablo Peña vive en Madrid y Darío del Moral, en Barcelona. ‘Trópico’ desafía las categorías sonoras ordinarias con su evolución de la psicodelia con resonancias de funk lisérgico, dub, guitarras ‘afrobeat’ y ecos andalusíes, todo ello tocado por destellos del sonido ‘exotica’ de los años 50. Un género este que les resulta inspirador porque “partía de una invención y no se basaba en el folclore real”, apunta el cantante-teclista. “Hemos utilizado esa influencia para relacionarla con Sevilla y con Andalucía, donde se ha desarrollado un cliché de cultura que funciona como una isla exótica”.

Esa especie de Venecia

Pony Bravo se coloca en un lugar escurridizo, entre una sintonía natural con lo local, la descomunal tradición andaluza que pivota en torno al flamenco, y el rechazo hacia “el chauvinismo y el orgullo de bandera”, apunta Alonso, que años atrás hizo buenas migas con el Niño de Elche, de quien produjo el álbum ‘Voces del extremo’ (2015). Lo suyo evita tanto “caer en la simple defensa de lo local” como su reverso, “ser autodestructivos”, medita, “porque a todos esos elementos de la tradición les tenemos mucho cariño”. Pero cree que “si Sevilla o Andalucía se van a convertir en una especie de Venecia, que vive del turismo, es interesante hablar de lo que eso genera en la cultura”. 

‘Trópico’ refleja esa cavilación filosófica sobre aquello que se espera de un creador por haber nacido en cierto lugar, considerando las inercias generadas “por el turismo o por el sistema de subvenciones”. Tarea compleja, indica Daniel Alonso, la de burlar el ‘modus operandi’ dominante. “Es David contra Goliat, pero quizá la obligación de los proyectos independientes sea generar un poco de reflexión que se salga de la marca de cerveza o la consejería política”. Planteamientos extrapolables más allá de Andalucía. “Hay que ver si la simplificación en clichés es sana para una cultura local y ver qué ocurre en otros lugares, como Galicia. Si existe un futuro para la música local, que no sea como si fuera un anuncio de la Junta de Andalucía o de la Xunta de Galicia”.

No se puede decir que temas como ‘El antiguo bizco’ o ‘C’est chic – c’est bon’ sean ajenos al bagaje flotante de cierta psicodelia histórica enraizada en el sur, pero Pony Bravo se siente muy libre a la hora de manejar sus influencias, busca “partir de lo local para hablar de temas universales” y trata de añadir “ingredientes de sátira y sentido del humor”. ‘Trópico’ habla “del futuro y de las distopías que se repiten” (la de ‘Piedra de Gaza’ es muy concreta) con textos “muy trabajados, pero sin intentar ir de cantautores”. Alonso dice sentirse cerca de Za!, el dúo barcelonés catatónico-‘avantgarde’, “un ejemplo de cómo hacer una música que tiene que ver con tu identidad pero abierta a otras influencias, con inteligencia y humor”. Se trata, subraya, de renunciar a establecer un sonido identificable “y quedarse ahí machacándolo para sacar dinero”. 

Así lleva Pony Bravo 16 años haciendo música, “un pequeño milagro” en ese “camino lleno de piedras y curvas”. Este viernes los llevará a Paral•lel 62, donde actuarán en compañía de Los Voluble y Nerobambola. 

TEMAS