Quinto aniversario

Notre Dame recupera su esplendor cinco años después del gigantesco incendio

La aguja del crucero ya ha quedado reconstituida y las obras avanzan de cara a la reapertura, prevista para el 8 de diciembre

La polémica por las vidrieras modernas agita el final de la reconstrucción de Notre Dame

Vista de la catedral desde la otra orilla del Sena, con una grúa que continua con las labores de reconstrucción.

Vista de la catedral desde la otra orilla del Sena, con una grúa que continua con las labores de reconstrucción. / Gonzalo Fuentes

Enric Bonet

Enric Bonet

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“Nunca olvidaremos ese día”. Como muchos parisinos, Santana y Sara tienen petrificado en su memoria el 15 de abril de 2019. Pocos minutos antes de las siete de la tarde, un incendio empezó en la parte superior de Notre Dame. Las llamas ardieron con gran celeridad y al cabo de menos de media hora se veían a kilómetros de distancia. “Recuerdo que esa tarde pasé en metro por la misma zona de la catedral y muchos viajeros seguían lo que sucedía en sus móviles”, explica Santana, de 23 años, una joven estudiante universitaria de marketing, sentada junto con su amiga en un banco en la explanada de la monumental catedral gótica de París.

Eran las ocho de la tarde del 11 de abril y unos pocos centenares de franceses y turistas se encontraban en los alrededores de la iglesia del siglo XIV. Allí se respiraba una atmósfera relajada y primaveral. Nada que ver con esa fatídica tarde de hace cinco años. Unas gradas de madera se han convertido en el premio de consolación para aquellos turistas o paseantes que quieren contemplar Notre Dame, cuyo interior no puede visitarse desde entonces.

La catedral de Notre Dame de París sufrió un incendio en la tarde del 15 de abril de 2019.

La catedral de Notre Dame de París sufrió un incendio en la tarde del 15 de abril de 2019. / Reuters

Aunque las obras no se han terminado, avanzan con el viento en popa. La aguja del crucero, principal parte calcinada, ya reapareció con todo su esplendor hace dos meses. La reapertura está prevista para el próximo 8 de diciembre, coincidiendo con la Inmaculada Concepción. Ese día, el trágico incendio pasará a ser definitivamente un momento del pasado. De la memoria colectiva.

“Cuando vi las imágenes, me dieron ganas de llorar”, recuerda Ece Hallaceli, de 34 años, una turista turca mientras mira la renacida catedral. Aunque las llamas no provocaron ninguna víctima mortal —básicamente destruyeron la aguja y una parte del tejado y de su armazón de madera—, pocos incendios tuvieron tanta repercusión en la última década como el de Notre Dame. 

Las obras de reconstrucción, desde el aire.

Las obras de reconstrucción, desde el aire. / EFE

"Tuvimos que utilizar robots"

“Fue un acontecimiento monstruo, según el concepto de Pierre Nora”, explica a EL PERIÓDICO la socióloga Nathalie Heinich, coordinadora del libro colectivo Notre-Dame des valeurs. Retour sur une émotion patrimoniale, publicado recientemente en Francia. “Hubo una emoción casi universal. (…) No solo los católicos se sintieron afectados, sino también aquellos que valoran el patrimonio”, añade esta investigadora en el prestigioso CNRS. 

El día después del incendio, cuando aún perduraba la emoción y ya había empezado la lluvia de anuncios de donaciones astronómicas por parte de multimillonarios, el presidente francés, Emmanuel Macron, prometió una rápida reconstrucción, en apenas cinco años. Muchos consideraron ese plazo prácticamente inasumible. Cinco años después, sin embargo, las obras están avanzadas, aunque la restauración continuará más allá del día de la reapertura. Aparte de algunas dudas como la presencia (o no) del papa Francisco, la Iglesia francesa ya tiene preparados los actos previstos en diciembre. Representarán el punto culminante de este renacer de Notre Dame, en que han participado 250 empresas y financiado con 846 millones de donaciones.

Vista nocturna de la catedral.

Vista nocturna de la catedral. / Gonzalo Fuentes

A pesar de la presencia de dos grúas gigantes y de andamios, ahora mismo ya puede verse una fisonomía de Notre Dame con reminiscencias a antaño. La parte más complicada de las obras tuvo lugar entre 2019 y el verano de 2021. Fue la destinada a garantizar la seguridad de la estructura. “Tuvimos que utilizar robots para poder penetrar debajo de las bóvedas”, explica Philippe Jost, responsable del organismo gubernamental encargado de la reconstrucción, en declaraciones a la Agencia France-Presse. Además, los dos primeros años estuvieron marcados por el complejo desmantelamiento de 40.000 tubos del andamio que rodeaba la aguja y que quedaron calcinados.

La aguja, de nuevo sin andamios

En realidad, las obras como tales no empezaron hasta el otoño de 2021. Desde entonces, han logrado reconstruir de manera idéntica la armadura de la parte de la nave, el coro y la aguja con una madera de roble especial, talada de árboles bicentenarios seleccionados específicamente. Un nuevo gallo dorado volvió al puesto del original a finales del año pasado. 

El incendio de hace cinco años y la catedral hoy, que encara la recta final de su restauración.

El incendio de hace cinco años y la catedral hoy, que encara la recta final de su restauración. / Staff

La aguja, con un diseño idéntico al decimonónico de Viollet-le-Duc, dejó de estar cubierta por andamios desde febrero y puede verse de nuevo. De hecho, una de las claves de la rápida reconstrucción fue la decisión de hacerla de manera idéntica. Tras el incendio, Macron había expresado su deseo de que la nueva aguja se caracterizara “por un gesto arquitectónico contemporáneo”. Pero debido a las reticencias de una parte considerable de la sociedad y del entonces primer ministro Édouard Philippe y a la estricta normativa de la Carta de Venecia, el presidente renunció finalmente a esa idea. 

Quizás porque se quedó con la espina clavada, Macron anunció hace unos meses que seis vitrales de Viollet-le-Duc —y que no se vieron afectados por las llamas— serán sustituidos por diseños contemporáneos a partir de 2026. “Fue una decisión tomada de manera algo autoritaria y sin tener en cuenta las normas de conservación del patrimonio”, lamenta Heinich sobre este cambio de las vidrieras que suscitó una gran controversia en Francia. 

También estuvieron en el centro de polémicas y teorías conspirativas las causas del incendio. Cinco años después, aún no se conocen con exactitud. La hipótesis del accidente es de largo la privilegiada. Y la rápida propagación de las llamas se vio favorecida por fallos en el sistema de la alerta antiincendios. Todo ello contribuyó a que Notre Dame ardiera y suscitara una conmoción mundial.