Entrevista

Carme Riera: "Es esperanzadoramente posible que haya una cuarta dimensión"

La escritora mallorquina no deja de sorprender a sus lectores, esta vez tocando un tema tan apasionante como desconocido: el misterio después de la muerte

La escritora mallorquina Carme Riera.

La escritora mallorquina Carme Riera. / ACN

Valèria Gaillard

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La escritora mallorquina Carme Riera, una de las voces más sólidas y con más recorrido de la literatura catalana actual, autora de más de veinte novelas como 'Dins el darrer blau' (1994),' Cap al cel obert' (2001) o 'La meitat de l'ànima' (2003), no deja de sorprender a sus lectores, esta vez tocando un tema tan apasionante como desconocido —el misterio después de la muerte— en uno de los libros que seguro acaparará el protagonismo el próximo Sant Jordi.

'Una ombra blanca', publicada en catalán por Edicions 62 y Alfaguara en castellano, está protagonizada por Barbara Simpson, una soprano norteamericana famosa que, en plena área del "Visi d'arte" de Tosca, sufre un infarto y cae redonda. Se encuentra en estado de muerte clínica cuando miraculosamente vuelve a la vida. En ese momento suspendido, en realidad experimenta una agradable sensación de bienestar y paz, pero dura poco porque se despierta a la vida. Simpson está convencida de que ha regresado, de hecho, para cerrar un cabo de su vida que ha quedado suelto, de ahí que la novela se presente también como una historia de culpa y redención. 

La escritora Carme Riera publica 'Una ombra blanca', en catalán en Edicions 62 y Alfaguara en castellano.

La escritora Carme Riera publica 'Una ombra blanca', en catalán en Edicions 62 y Alfaguara en castellano. / ACN

"En esta novela me interesaba investigar sobre esta cuestión que afecta a cualquier persona incluso a los niños, que tienen miedo de morirse o de que se mueran sus padres, y cuando somos mayores nos afecta más porque el tiempo que nos queda es menor", afirma Riera, que ha se ha documentado largamente durante cinco años, leyendo libros científicos, de psicología y parapsicología, entre los cuales destaca el trabajo de la psicóloga suizo-americana Elisabet Kübler-Ross (1926-2004). Algunos científicos señalan, según la autora, que "vamos a un espacio de paz y luminoso, atractivo y, si fuera así sería un gran consuelo".

A parte de las tres dimensiones conocidas, Riera opina que podría existir otra "que nos permitiría entender qué pasa después de la muerte", y añade: "cierto que no está probada, pero es esperanzadoramente posible que exista una cuarta dimensión". De hecho, la muerte estaba muy presente durante la pandemia, período en que fraguó la semilla de esta historia, que se presenta como una intriga, puesto que la protagonista "necesita terminar algo" de su pasado. "Esto también es una característica de las ECM (experiencias cercanas a la muerte) en las que la gente regresa porque debe cerrar algo inconcluso, y en el caso de mi protagonista quiere cerrar un tema pendiente de su niñez y emprende un viaje hacia el pasado", explica Riera.  

La novela está ambientada entre los Estados Unidos, que Riera conoce bien por haber realizado estancias como profesora invitada, y su Mallorca natal. Profundamente marcada por las desigualdades sociales que observó en los Estados Unidos, su experiencia es agridulce, "por un lado, está la sensación positiva de la meritocracia y, por otro, ves las terribles condiciones de vida de los negros o los inmigrantes". Estas crudas realidades aparecen en la primera parte de la novela, cuando la cantante regresa a Savannah donde nació y desde la cual viajó puntualmente a las Baleares con sus padres.

Respecto a Mallorca, Riera se fija en la montaña "mágica" de Teix sobre la cual Robert Graves planteó su visión de la leyenda de la Diosa Blanca. "Quería reivindicar esas madres antiguas, no tanto el matriarcado, sino esas diosas precristianas que plantean una visión del mundo en cierto modo muchísimo más acogedora que la patriarcal", apunta la escritora, que reconoce que siempre intenta reivindicar en sus obras una perspectiva femenina. La leyenda cumple, en este sentido, una función capital, puesto que Simpson la recibe como regalo de su mentora, y supone tanto el punto de partida como el de llegada de la novela.

En cuanto a esta diva, Barba Simpson, reconocida mundialmente por su voz extraordinaria —y ahí Riera no esconde su afición por la ópera— refleja la naturaleza particular de los artistas: "Los creadores tienen como unas antenas abiertas en relación a su trabajo y, en literatura, los creadores captamos aspectos que están en el aire e interesan. Sé que hoy en día, por ejemplo, se plantea desde muchos ángulos qué pasa después de la muerte". En literatura, opina Riera, los escritores han de "transgredir el lenguaje, utilizarlo de manera personal". En este caso, así como en anteriores, Riera escribió su novela a la vez en dos lenguas —catalán y castellano— y usó para ello dos ordenadores, puestos uno al lado del otro. "Iba traduciendo del catalán al castellano y luego, desde el castellano, también traducía el catalán en un ir y venir continuo", comenta.

Sin embargo, este trabajo tan complejo de autotraducción permite, al parecer de la escritora, otra relación con las lenguas que son "como cristales a través de los que vemos el mundo". Buscar la palabra "exacta" en estas dos lenguas "primas hermanas" también supone una gran dificultad, puesto que "las palabras deben tener alas para que el lector se pueda imaginar qué le quieres decir, y para que estas alas le lleven lejos no pueden perder la resonancia y la música".