Consentimiento

El eco del caso de La Manada siete años después: pensar el sexo en el siglo XXI

Netflix da voz a las víctimas de La Manada: "El tiempo que ha pasado ha sido clave"

Mia McKenna-Bruce en 'How to have sex', de Molly Manning Walker.

Mia McKenna-Bruce en 'How to have sex', de Molly Manning Walker. / EPC

Leticia Blanco

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Este julio se cumplirán ocho años de la violación múltiple durante los sanfermines de Pamplona, el caso que removió los cimientos de sociedad española, propulsó el feminismo a cotas inéditas y acabó alumbrando la Ley del solo sí es sí. Hoy seguimos hablando del tema, y no solo porque este viernes Netflix haya estrenado un documental que aspira a retratar el terremoto generacional y feminista que generó el caso. El consentimiento se ha convertido desde entonces en el tema que atraviesa docenas de ensayos, novelas, obras de teatro y películas. 

El caso de ‘Jauría’, dirigida por Miguel del Arco y que volverá a principios de abril al Teatre Romea durante todo un mes, es curioso porque la obra se estrenó en 2019 con el sumario del caso de La Manada como base, cuando todavía no se había celebrado el juicio. Desde entonces el texto ha ido mutando, incorporando las sucesivas sentencias del juzgado de Navarra, el Tribunal Superior de Navarra y el Tribunal Supremo. Jordi Casanovas ya había experimentado al subir a escena la confesión de Bárcenas en la Audiencia Nacional y cuando leyó las transcripciones de los acusados de Pamplona se dio cuenta de que el material era interesante. “Cuando vamos al teatro no solo vamos a escuchar las palabras que se dicen, sino a entender qué hay detrás de esas palabras. Expresiones tan sencillas como ‘No nos despedimos de ella’ o ‘No le dijimos adiós’ son frases que no son susceptibles de ser titulares de un diario, pero en un teatro resuenan de un modo muy potente, porque explican la moral, el código ético y la concepción del mundo del que las pronuncia”, explica el dramaturgo. 

El elenco de 'Jauría', que podrá verse en el Teatre Romea del 4 de abril al 5 de mayo.

El elenco de 'Jauría', que podrá verse en el Teatre Romea del 4 de abril al 5 de mayo. / EPC

A Casanovas el caso le hizo darse cuenta de su propia “mirada machista” y de cómo juzgaba las ganas de divertirse de una mujer joven. No duda de que la enorme “presión popular” trajo cambios como la Ley del solo sí es sí y valora, sobre todo, “el aguante y la persistencia” de la víctima. “Ella ha explicado que el infierno vino después, con la presión mediática, popular y las amenazas. Es duro que el camino sea tan complicado para las víctimas y entiendo que todavía se lo piensen dos veces a la hora de denunciar. Ella aguantó por su fortaleza y por su familia, creo que toda la sociedad se lo debería agradecer. El caso de Dani Alves era impensable hace siete años, el pensar que una figura del fútbol con tanta fama acabaría en la cárcel. No se había producido nunca. Antes estos casos se resolvían por detrás y siempre a favor del acusado. Lo que pensábamos que era normal ahora ha dejado de serlo y además es delito”, reflexiona. 

Contra la polarización

Ayer viernes se estrenó en el Teatre de L’Autora de Igualada ‘Sí, sí, sí’, una obra sobre el consentimiento escrita por las neozelandesas Karin McCracken y Eleanor Bishop, que la han definido como “el espectáculo que nos hubiera gustado ver cuando íbamos al instituto”. El punto de partida don dos historias paralelas con el mismo inicio, chico-conoce-chica en una fiesta, pero ambas terminan de forma muy distinta. En la obra se intercalan vídeos con testimonios reales “en un momento en el que cada vez estamos más polarizados, cuando lo que necesitamos es encontrarnos y hablar”, explica su protagonista, la actriz Ann Perelló, para quien una de las claves de la obra es incluir “qué piensan los hombres y cómo podemos reparar” el daño hecho. “Para resolver el problema de la violencia sexual necesitamos a toda la población. También a los hombres, a las personas no binarias, a todo el mundo”, añade la intérprete. 

Ann Perelló en 'Sí, sí, sí', de Karin McCracken y Eleanor Bishop.

Ann Perelló en 'Sí, sí, sí', de Karin McCracken y Eleanor Bishop. / EPC

Perelló es de las que vivió el estallido social por el caso de la Manada como algo “catártico”, confiesa. “A mí personalmente me revolucionó y de hecho la manifestación del 8-M de 2018 creo que fue un antes y un después en nuestra historia. Recuerdo también especialmente ver a las nuevas generaciones con una concienciación y un discurso que yo a su edad no tenía. Para mí fue un momento de esperanza y de ver mucha luz en el futuro. Creo, además, que a muchos el caso les hizo revisar su propia historia y entender muchas cosas que nos habían pasado, a las que no sabíamos ponerle nombre”, reflexiona. 

También en literatura

En los meses posteriores a la violación de Pamplona, mientras los medios publicaban sin cesar detalles escabrosos sobre la agresión, a Cristina Araújo le dio por pensar en cómo había sido “el día después” para la víctima. “Las secuelas físicas, las psicológicas… ella llegó a contar en una carta que a veces la gente no se daba cuenta de que estaba hablando del caso delante de ella”, recuerda la escritora, que ganó el XVIII Premio Tusquets con su debut, ‘Mira a esa chica’, una novela incómoda, inspirada en el caso, escrita con “frescura y desparpajo” que también se pone en la piel de los agresores. “Cuando suceden cosas así solemos quedarnos con la noticia impactante. Pero al día siguiente, otras noticias reemplazan a las anteriores en los telediarios, mientras los protagonistas tienen que vivir con el trauma el resto de su vida”, explica Araújo. “Quiero escribir sobre los temas de los que la gente no quiere hablar”, resume.

La debutante Cristina Araújo. 

La debutante Cristina Araújo. / JORDI OTIX

A Araújo el caso de la Manada la pilló en la mitad de la treintena y, como a muchas mujeres, le hizo replantearse parte de su adolescencia y juventud con efecto retroactivo. “Cuando yo tenía 20 años a las chicas se nos ninguneaba. Había muchas cosas que tenías que callarte o decirlas medio en broma porque si no parecías una histérica. Me hubiera gustado poder conversar con hombres de 20 años sobre el caso”, apunta.  

Pensar el sexo en el siglo XXI

El próximo 15 de marzo se estrena también la muy esperada (tras ser premiada en Cannes) ‘How to have sex’ de Molly Manning Walker, una película sobre las primeras veces, los abusos y el consentimiento. La película sigue a tres adolescentes inglesas que viajan a un destino vacacional de playa, sol y alcohol barato (en la película es Creta, pero podría ser Magaluf, donde veraneó en más de una ocasión su directora en la adolescencia) con el objetivo de pasar el mejor verano de sus vidas y, de paso, perder la virginidad. Allí se enfrentan a ese “rito de iniciación” típicamente inglés que mezcla alcohol e hipersexualización de forma salvaje y completamente despersonalizada.

‘El sentido de consentir’ de Clara Serra y ‘El derecho al sexo’ de Amia Srinivasan son dos de los principales ensayos publicados en los últimos meses que plantean desde nuevas perspectivas cómo pensar el sexo en el siglo XXI. En el caso de Srinivasan, sin eludir temas incómodos como los mitos en torno de las falsas denuncias por violación, la pornografía y los adolescentes o los hombres que se sienten rechazados en el terreno sexoafectivo. “La educación sexual desde la infancia es clave. La sexualidad es algo que nos atraviesa durante toda la vida, a todos y a todas”, concluye Perelló.

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