Especial MWC

El iPhone gana plano como cámara de cine

EL PERIÓDICO conmemora los 18 años del MWC en Barcelona con una serie de contenidos sobre el certamen tecnológico que marca el futuro de la industria y de la sociedad

Son varias las películas que se han realizado íntegramente en móvil o simulando su tipo de imagen, con Steven Soderbergh como auténtico pionero de este procedimiento

Los españoles que acceden a plataformas de 'streaming' a través de su móvil ya son 28,9 millones

Steven Soderbergh en el rodaje de 'Perturbada', protagonizada por Claire Foy: la película se rodó con un iPhone 7 Plus.

Steven Soderbergh en el rodaje de 'Perturbada', protagonizada por Claire Foy: la película se rodó con un iPhone 7 Plus. / EPC

Quim Casas

Quim Casas

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La convicción de que lo único válido era el celuloide y la cámara cinematográfica quedó en entredicho cuando los daneses Lars von Trier y Thomas Vinterberg lanzaron su manifiesto-movimiento Dogma 95. La idea era democratizar el cine: con la aparición de cámaras de HD cada vez menos caras, cualquiera podía realizar su película. Luego, cineastas que trabajaban en grandes producciones de Hollywood, como Michael Mann, demostraron que rodando en digital se podían conseguir logros tan buenos como en soporte químico. 

La revolución digital triunfó y hoy son contados los que prefieren, y les dejan, rodar en celuloide: Quentin Tarantino y Christopher Nolan, además de cineastas de tipo más independiente que, en el proceso inverso al del Dogma, reivindican el soporte químico y los formatos del cine mudo (1.33:1) y del cine de los años 30 (1.37:1).

Precisamente es una cuestión de formato. El del móvil sería todo lo contrario a las pantallas anchas. Y si quieres hacer una película en la que muestres como un joven se siente atrapado en su entorno, que mejor que simular el efecto de la imagen vertical de un teléfono móvil pero proyectada en la pantalla de una sala de cine. 

Esto es lo que hizo el canadiense Xavier Dolan en ‘Mommy’ (2014), filmada con una pequeña cámara de formato 1:1, cuando una película panorámica tiene 2.35:1. La sensación durante todo el metraje es realmente la de un personaje aprisionado hasta que en un momento revelador, de los más inspirados del cine contemporáneo, el propio joven hace con las manos el gesto de ampliar la pantalla y esta se ensancha por ambos lados hasta alcanzar el formato panorámico. El 1:1 es un cuadrado perfecto, pero pequeño, y es compatible con muchas redes sociales, caso de Instagram. Dolan pensó en cómo vemos las imágenes en las redes.

Rodaje de la película 'Tangerine' con un iPhone.

Rodaje de la película 'Tangerine' con un iPhone. / EPC

Un año después, el ‘indie’ estadounidense Sean Baker –autor de ‘The Florida Project’– realizó ‘Tangerine’, un drama sobre una prostituta transgénero recién salida de la cárcel. En su filmación, Baker utilizó solo tres iPhone 5S, el modelo de Apple que estuvo en circulación entre 2013 y 2016, de 112 gramos de peso y con una pantalla de 4.0 pulgadas en diagonal, con un zum digital 32 y resolución de 8 megapíxeles.

Pero ya en 2010, un pionero en casi todo, Jean-Luc Godard, había registrado ‘Film socialismo’ con vídeo de alta definición e imágenes capturadas con un móvil o simulando sus texturas. La película se proyecta en 16:9, algo más panorámico que cuadrado, el de muchos ordenados a partir de 2009, pero la sensación es similar. 

La imagen digital y los formatos le estaban ganando una pequeña batalla al cine tal y como se había desarrollado durante el siglo XX: hasta ‘Fursat’ (2023), un filme de Bollywood –el cine musical indio– ha sido rodado con un iPhone 14 Pro; el laureado documental ‘Searching for Sugar Man’ (2012) fue realizado con un ‘smartphone’ provisto de la aplicación ‘8 mm vintage camera’ que dotó a la imagen de grano, y el coreano, Park Chan-wook filmó con un iPhone 4 el corto de terror ‘Night fishing’ (2011). Esto sin contar aquellas películas que incluyen en un momento determinado una o varias escenas rodadas en móvil como parte del relato.

En el cine español hay un pionero, Pablo Larcuen, que en 2013 rodó ‘Hooked up’ íntegramente con un iPhone 4. Presentado en el festival de Sitges de aquel año, es un relato de terror nocturno y claustrofóbico protagonizado por dos turistas estadounidenses en Barcelona y fue pensado para el público joven que registra imágenes en el móvil de todo lo que hace. Un filme instantáneo, acorde a su tiempo, que costó 14.000 euros. Larcuen realizaría después el videoclip de ‘Booty’, un tema de C. Tangana y Becky G.

Quien mejor ha entendido las posibilidades que ofrecen los iPhone es Steven Soderbergh, el director estadounidense contemporáneo más interesado en todo tipo de nuevas tecnologías. En 2002 ya rodaba en video digital y fue uno de los primeros en ver las virtudes del cine para ‘streaming’ antes que sus defectos. También pionero en realizar una serie de televisión interactiva (‘Mosaic’), que además estaba concebida para ser vista en el móvil mediante la aplicación de HBO.

Si Godard, Dolan o Baker han hecho películas minoritarias para circuitos de festivales –aunque ‘Mommy’ fue un relativo éxito en salas–, Soderbergh ha realizado películas comerciales. ‘Perturbada’, el thriller que hizo en 2018 sobre una joven (Claire Foy) recluida contra su voluntad en un psiquiátrico, fue grabado con un iPhone 7 Plus… ¡y participó en el festival de Berlín fuera de concurso! Costó gracias a este proceso de filmación un millón y medio de euros, mucho menos que si se hubiera rodado con cámaras de cine o digitales, y recaudó en todo el mundo 13 millones.

 Soderbergh se ha adaptado a este tipo de calidad de imagen y proceso de rodaje trabajando, eso sí, con iPhones cada vez más sofisticados que vencen las reticencias de los que ven en estos filmes una estética amateur. Graba con trípode y realiza movimientos de cámara complejos con la misma soltura. Con móvil ha hecho también ‘High flying bird’ (2019), sobre jugadores de baloncesto y agentes: empleo un iPhone 8 con un estabilizador especial y lentes anamórficas acoplables.

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