Concierto especial

Estopa regala rumba y alegría en 'petit comité' a los amigos de El Periódico

Estopa y EL PERIÓDICO, doble aniversario entre amigos

Estopa y EL PERIÓDICO brindan por el futuro a ritmo de rumba

Estopa, en El Periodico a la Fabrica Damm.

Estopa, en El Periodico a la Fabrica Damm. / JORDI OTIX

Marta Cervera

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A Estopa los casi 25 años de carrera les sientan de maravilla. Y no es para menos. La vida les ha tratado bien y disco tras disco se han afianzado en el mundo de la música siguiendo su instinto y sus ganas de comunicar historias cotidianas con una rumba adaptada al siglo XXI con influencias muy variadas. Van de Peret a Los Chichos, de Extremoduro a La Polla Records y de Serrat a Sabina y Albert Pla. Pero como David Muñoz explicó, también les van los "grupos canis".

Ni son los mejores cantantes, ni los mejores letristas o guitarristas pero los hermanos David y Jose Muñoz tienen un don especial par conectar con el público como demostraron en su encuentro con los lectores, trabajadores y amigos de El Periódico en la Antigua Fàbrica Damm, donde realizaron un viaje musical en el tiempo. Empezó con la primera canción de 'Estopa', su disco de debut de 1999 y ofreció una de su último nuevo disco, 'Estopía', un homenaje al Pescaílla. Escucharles cantar en catalán 'La rumba del Pescaílla' no fue extraño, pese a que su repertorio siempre ha sido en castellano, la lengua de sus padres, emigrantes extremeños que echaron raíces en Cornellà.

El público coreó y cantó tanto el estribillo de este tema como el de la mayoría de canciones que regalaron al personal, en un concierto donde se les vio a gusto, casi en familia, interactuando con el público y con los camareros de barra a quienes reclamaron algunas cervezas. El público se animó especialmente con éxitos como 'La raja de tu falda', 'Vino tinto' y 'Como Camarón'. Las bromas de David se alternaron con el buen humor de Jose, que le cedió la guitarra a su hermano en 'Ya no me acuerdo'. Siguen con la misma pasión con la que empezaron. Quizás por eso 'Tu calorro', primera canción de su primer disco, sonó tan fresca como a finales de los años 90.

Mismo espíritu

Si uno mira una foto de ellos de hoy y de hace 25 años no verá mucha diferencia. Siguen siendo los mismos, vistiendo con el mismo estilo informal y sin pretensiones de siempre. Lo que más ha cambiado es la coleta de Jose, que era enana cuando empezaron y ya le llega a la barriga. Cuentan que no se la corta por miedo a perder la buena estrella que siempre les ha acompañado. Es el amuleto de Estopa, que nunca olvida sus orígenes humildes y la época en la que tenían que levantarse pronto, como cualquier 'currele' para ir a trabajar a la fábrica. Estopa sigue pisando fuerte tras 25 años a punto de lanzar su disco número once.

Por eso, pese a haberse convertido en héroes musicales del Baix Llobregat -como Rosalía-, se mantienen fieles a sus orígenes, a la esencia de esos chavales de Cornellà que conectan al instante con historias cotidianas de diferentes épocas, tanto con 'Mi primera cana' como cuando se arrancan con 'Bossanova', última pieza de su primer disco, donde recuerdan que los tragos amargos mejor endulzarlos con besos. Con ella despidieron un fenomenal concierto en el que solo hubo una pega: no hubo bis.

Fue un auténtico lujo tenerlos tan cerca en la sala de máquinas de la Antiga Fàbrica Damm. No será lo mismo cuando actúen en su próxima gira que les llevará a lugares que son palabras mayores como el Estadi Olímpic de Barcelona el próximo 10 de julio, donde agotaron todas las localidades en menos de un día. A sus 25 años, a Estopa cada vez le quedan menos retos por superar.