CRÍTICA DE LIBROS

'Demon Copperhead', de Barbara Kingsolver: Dickens en los Apalaches

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Dickens, el primer 'superstar' de las letras británicas

La escritora Barbara Kingsolver.

La escritora Barbara Kingsolver. / FABER BOOKS / Evan Kafka

Sergi Sánchez

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Martin Amis nos recordaba que, en 'The Dickens Theatre', el ensayista Robert Garis definía al autor de 'Oliver Twist' como un profeta social. Barbara Kingsolver parece haber tomado muy buena nota de esa cualidad, demostrando, en 'Demon Copperhead', la vigencia de la visión que Dickens tenía sobre el sistema social como gran fábrica de desigualdades (de clase, económicas, morales). Así las cosas, esta monumental novela, ganadora del Pulitzer en 2023, desplaza las tribulaciones de David Copperfield desde la Inglaterra del siglo XIX hasta el sur de los Apalaches de finales del XX sin que la indignación moral del clásico dickensiano se despeine ni un milímetro. Lo que significa que, o ciento cincuenta años no son nada cuando hablamos de justicia social, o que Dickens escribía en futuro pluscuamperfecto.

Lo que hace Kingsolver tiene menos que ver con la metaficción que con la firme creencia en la literatura como radiografía de una realidad sometida al despotismo nada ilustrado de las instituciones de control. Como su tatarabuelo literario, Demon Copperhead solo es un chaval que quiere tomar las riendas de su destino, mientras el mundo se divierte poniéndole zancadillas. Las casi setecientas páginas del libro, que despliegan la fórmula magistral de la novela de iniciación en todo su esplendor, siguen a rajatabla lo que, para el crítico Northrop Frye, constituía la estructura canónica de las obras de Dickens, a saber: la confrontación entre dos grupos sociales, la sociedad afín y la sociedad institucionalizada u obstructiva. Para Demon, la afín siempre es la familia, o el deseo de pertenecer a ella, por muy anómala que sea; la obstructiva se encarna en la ineficacia de los servicios sociales, en los hogares de acogida poblados de explotadores y esclavistas, en las fallas del sistema sanitario y, finalmente, en la perversidad de las grandes corporaciones farmacéuticas, las auténticas villanas de una novela que hace un retrato sobrecogedor de una América hundida en la epidemia de los opiáceos.

Kingsolver ha estudiado a fondo la novela de Dickens. Todo en 'Demon Copperhead' es una versión de aquella, desde los nombres de los personajes hasta las subtramas que generan. Escrita en una primera persona vivaz y coloquial, que a veces recuerda a la de Holden Caulfield con el timbre de Huckleberry Finn, 'Demon Copperhead' parece a veces atrapada en una espiral de miserias de la que no hay escapatoria. El sentido del humor de Dickens se traduce aquí en la fuerza cósmica de su héroe por levantarse una y otra vez del fango. Es en la insaciable vitalidad de su héroe donde Kingsolver reivindica la dignidad de los desfavorecidos, de esa masa invisible de norteamericanos que luchan para no dejarse engullir por el sistema. En esa lucha Demon no está solo, especialmente en lo que respecta a los personajes femeninos, los más complejos y empáticos de la novela, incluso los que acaban bajo tierra. Es en ellas, y en particular en Angus, la chica que parece un chico, la hija del entrenador, el apoyo donde Demon encuentra la posibilidad de un futuro. Porque, en esta hermosa novela-río, lo que importa, al cabo de la calle, es la esperanza, esa emoción que nos hace iguales. 

'Demon Copperhead'

Autora:

Barbara Kingsover

Traducción:

Antonio Lozano

Editorial:

Navona

673 páginas. 26 €