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Roberto Saviano, el hombre en la diana de la Mafia, recuerda al juez Falcone

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El periodista y escritor Roberto Saviano.

El periodista y escritor Roberto Saviano.

Elena Hevia

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Hubo un antes y un después para la historia de Italia en el asesinato en 1992 del juez Giovanni Falcone, el solitario y valiente luchador contra la Mafia. Lo que vino después no es una historia feliz, pero por lo menos hizo que la Cosa Nostra se impusiera cambiar de estrategia y no basar su modus operandi en el derramamiento de sangre, porque la opinión pública ya no se lo iba a perdonar. Eso es lo que explica a través de videoconferencia el hombre en la diana de la Mafia, el autor de ‘Gomorra’, un best-seller universal que nos hizo comprender siquiera un poco los enmarañados entresijos de la ‘Honorable Sociedad’. 

Roberto Saviano (Nápoles, 1979) cuenta la vida de Falcone entre dos explosiones: la que estuvo a punto de matar a Totó Riina, el ‘capo de tutti capi’ cuando su familia manipuló una de las bombas que las tropas norteamericanas dejaron en Sicilia tras el desembarco, y la que definitivamente mató a Falcone y su esposa camino de Palermo. Y el círculo se cierra si se tiene en cuenta que fue Riina quien mandó asesinar a Falcone, para apuntalar su poder entre los clanes. Lo cuenta Saviano en ‘Los valientes están solos’ (Anagrama), una biografía novelada del malogrado juez, que tiene la friolera de 60 páginas de bibliografía por si a alguien se le ocurre pensar que ha inventado algo. 

'El juez Giovanni Falcone, en 1990'

“La forma novela me permitía reconstruir diálogos y explicar sentimientos y emociones desde dentro. Todo está basado en pruebas y si lanzo alguna hipótesis es porque existe una prueba previa”, explica el periodista que despierta todo tipo de susceptibilidades en su país. Prueba de ello es la censura que sufrió cuando la RAI le canceló el pasado verano su programa ‘Insider’ por supuesto incumplimiento del código ético, mientras el autor se enfrenta a las denuncias por difamación por parte de la presidenta Giorgia Meloni y su primer ministro y líder de la Lega, Matteo Salvini. 

Loas postmortem

No todas las amenazas le han llegado de la extrema derecha, también una izquierda ya sin poder y menos combativa se muestra escéptica frente al escritor y ese parece un detalle más para establecer el paralelismo entre el mártir Falcone y el amenazado Saviano, que el propio autor no rehúye. “A Falcone lo dejaron solo, fue un hombre derrotado a quien solo después de muerto le llegaron las alabanzas. Esa es una costumbre muy italiana” y se lanza a explicar un episodio que retrata esa actitud. “Cuando al juez le pusieron una bomba en Palermo que no llegó a estallar, los diarios más importantes de Italia llegaron a insinuar que era el mismo Falcone quien la había colocado allí. Muchos años después hablé con el mafioso que le puso la bomba y me dijo que fue entonces cuando en la Cosa Nostra supieron que tenían carta blanca para acabar con él”. 

Dos meses después de morir Falcone, otra bomba se llevó por delante al magistrado Paolo Borsellino, colaborador de aquel. “Fue Borsellino quien dijo que Italia era una tierra muy hermosa e infeliz y que precisamente porque la amaba la criticaba y la quería transformar. Yo sigo ese camino y en mi país me consideran un difamador que hace que ingleses, franceses y españoles nos consideren unos mierdas. Preferirían que me limitara a comentar lo buena que es la pizza, la belleza de las ciudades y lo excelentes amantes que somos”. 

La sombra de Andreotti

La connivencia de la Democracia Cristiana con la Mafia es ya un asunto muy aireado y en su momento se acusó a Falcone de no apuntar a ella. Saviano, que se ha enfrentado también al poder político, lo exculpa: “Él tenía mucho cuidado con las formas, no solo con la sustancia, por eso fue muy cuidadoso a la hora de acusar a los políticos porque sabía que otros jueces los iban a absolver por falta de pruebas, como realmente ocurrió con Giulio Andreotti años después”.

Atentado contra el juez Giovanni Falcone, camino de Palermo, en 1992.

Atentado contra el juez Giovanni Falcone, camino de Palermo, en 1992. / Archivo

¿Qué queda de aquella cultura mafiosa en pleno siglo XXI? Aunque Italia tenga hoy la mejor jurisprudencia antimafia del mundo, ya no hay muertos y existe una opinión pública en contra muy fuerte pero, a decir del escritor, el país sigue teniendo una cultura mafiosa tan arraigada como invisible. “Es un capitalismo criminal. En términos económicos los contratos y las concesiones siguen la lógica mafiosa protegida por un hombre poderoso. El poder económico de las organizaciones criminales sigue siendo importante y tienen como aliado el desinterés de Europa”.  

Desde 2006, cuando un por entonces desconocido periodista llamado Roberto Saviano fue amenazado directamente por la Cosa Nostra por haber hecho caso omiso a la 'omertá', la ley que obliga a callar, y haber aireado las prácticas criminales en ‘Gomorra’, el autor se ve obligado a llevar escolta. Ya no hay vuelta atrás. La maldición le ha hecho mundialmente famoso: "Si yo pudiera le diría al Roberto de 26 años que tenía entonces que no publicara aquello. El libro me destruyó, me convirtió en algo que entonces no podía imaginar. ¿Soy valiente? La valentía es una elección no es algo que te llega al nacer”.