Català de l'Any

Antonio Díaz, un soñador con los pies en el suelo

El Mago Pop recibe el Català de l'Any valorando "el cariño de la gente"

El Mago Pop: De Badia del Vallès a Broadway

El Mago Pop, retratado en Barcelona.

El Mago Pop, retratado en Barcelona. / Jordi Otix

Marta Cervera

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Si algo ha demostrado Antonio Díaz Cascajosa (Barcelona, 1986) es que 'Nada es imposible', como dice el título del show con el que sigue triunfando en Barcelona tras varias temporadas. No solo en la magia nada parece insuperable para él, sino en la vida y en el difícil mundo del show business. El artista y empresario se ha ganado a pulso el título de Català de l'Any por su tenacidad, su atrevimiento y esa enorme conexión con el público al que anima a soñar. Lleva años trabajando duro, combinando ambición y 'seny' y un carrerón que le ha llevado de Badia del Vallès a Broadway donde triunfó este verano. Los sueños son como la inspiración, no basta con tenerlos, hay que currárselos.

Creció en el seno de una familia humilde originaria de Murcia por parte de su padre Jesús, 'El Pichi', fallecido este año, y de Sevilla por parte de Nieves, su madre. A diferencia de sus hermanos mayores, uno médico oftalmólogo, la otra fisioterapeurta, a Antonio más que la salud lo que le interesó fue la mente. Desafiarla con la magia fue un juego que se convirtió en su razón de ser. Su historia es de película y pronto la veremos en el cine con un documental que estrenará en 2024.

"Aprendía muy rápido y se le daba bien todo. ¡También en el ajedrez era un fiera, como su padre!"

— Adolfo Márquez, su primer profesor

Antonio descubrió el ilusionismo gracias a un vecino del barrio de Badia que vivía muy cerca de su casa: Adolfo Márquez. Hacía trucos por amor al arte y le dejó impresionado siendo un niño de 4 años o algo más mayor cuando Adolfo le sacó una moneda de la oreja: quedó fascinado. Márquez le enseñó a mover las manos, a esconder las cartas, las monedas, a hacer realidad cosas imposibles en aquel barrio de bloques de hormigón del desarrollismo franquista. "Aprendía muy rápido y se le daba bien todo. ¡También en el ajedrez era un fiera, como su padre!", recuerda este mago amateur y autodidacta. Aunque Antonio también jugó al fútbol y a la petanca, extendido deporte muy popular en Badia, la magia le robó el corazón.

Un niño especial

Practicaba non stop. Hoy diríamos que era un niño hiperactivo. "Siempre tenía las manos ocupadas practicando con algo", comenta Eva Menor, alcaldesa de Badia desde 2009 y amiga desde la infancia que coincidió con él en un grupo de teatro amateur en el auditorio que desde este año lleva el nombre de Antonio Díaz. "Siempre fue un niño especial, muy creativo, algo seriote y tímido, pero simpático", comenta. Para ella, tanto Antonio como el exblaugrana Sergi Busquets, otro hijo ilustre de Badia, son ejemplos del espíritu de superación de esa ciudad dormitorio estigmatizada en los años 80 por el paro, la pobreza y la drogadicción.

"El lenguaje positivo de Antonio en 'Nada es imposible' tiene que ver con esa rebeldía de quienes crecen en Badia porque desde fuera todos piensan que en este entorno no es posible crecer". Y señala que muchos se sienten orgullosos de que alguien como Antonio sea Català de l'Any. "Pese a haber nacido aquí siguen existiendo personas estigmatizadas por el entorno y por no tener apellidos catalanes". Para ella, el reconocimiento de EL PERIÓDICO a alguien que proviene del municipio menos independentista de Catalunya según las últimas elecciones dice mucho. "En Catalunya vivimos muchas personas, de muchas maneras y con mucho orgullo", resalta. Antonio siempre se ha sentido catalán y culé, por algo tiene en Barcelona su teatro y no en Madrid.

"El lenguaje positivo de Antonio en 'Nada es imposible' tiene que ver con esa rebeldía de quienes crecen en Badia"

— Eva Menor, alcaldesa de Badia

Todos los que le conocen destacan su perfeccionismo y sus ganas de perseverar. En eso no ha cambiado. De pequeño, a todos los eventos de magia le acompaba su primer maestro y Nieves, una madre que se armó de paciencia para seguir la evolución del benjamín de la familia. Adolfo, Nieves y la futura estrella del ilusionismo iban en autobús de aquí par allá, tanto para ver actuaciones como para participar en concursos. El primero de ellos fue en el Teatre La Faràndula de Sabadell, pero Antonio no conserva el trofeo de cristal del primer premio porque nada más abandonar el recinto se lo regaló a su profesor. Era su forma de agradecerle todo lo que le había dado alguien a quien a día de hoy todavía llama "mi gran maestro".

De entre todos los consejos que le dio Márquez destaca uno clave: "Lo primero que has de hacer cuando sales a escena es captar la atención del público. Después, aunque hagas tonterías todo va a salir bien, ya verás", rememora su entrañable mentor. Con ello en mente, Antonio debutó en el Llantiol a los 17 años y consiguió su primer contrato. Aun así, consciente del reto que supone salir a escena, se matriculó en el Institut del Teatre, donde conoció a dos personas con quienes fundó la Compañía Abozzi, su primera empresa.

Del teatro a la tele

En 2008 obtuvieron el premio Nacional de Magia con 'Sueños', que sedujo al jurado con una propuesta que combinaba innovación, humor y musica con un hilo argumental. 'La noche Abbozzi' fue el otro espectáculo que hicieron juntos antes de que Antonio realizara su primer show como protagonista único: 'La asombrosa historia de Mr. Snow' (2009). Y en 2013 llegó 'La gran ilusión' un espectáculo que saltó del Teatre Borràs al Coliseum. El éxito coincidió con otro desegue: el de 'El Mago Pop', un programa de ilusionismo de Discovery Max que conectó con audiencias en más de 150 países.

En 2021 amplió su estrellato internacional, llegando a 192 países con la versión española del programa de Netflix 'Magic for Humans', producida por Mediapro. En TV3 también triunfó con 'Res és impossible', que fue líder de audiencia durante cuatro veranos consecutivos. Con su estilo desenfadado y pop se ha convertido el ilusionista europeo más versátil y sorprendente. Siguiendo los pasos de sus héroes de la magia, los internacionales Houdini y David Copperfield y el catalán Mag Lari, el Mago Pop ha hecho realidad su sueño y no solo se ha convertido el ilusionista europeo más taquillero sino que ha dejado pasmados a brillantes mentes como la de Stephen Hawkins, a la sofisticada Victoria Beckham o a Nick Mason, el batería de Pink Floyd.

Mago de las finanzas

Pronto entendió la aritmética del mundo del espectáculo y, en una jugada que sorprendió a todos, en 2019 adquirió el Teatre Victòria, la histórica sala que había pertenecido a TresXTres, productor de históricas compañías catalanas como Dagoll Dagom y Tricicle. "Aquello supuso un riesgo muy grande, tuvo que recurrir a los bancos para poder realizar la operación", recuerda su primo Antonio Díaz, economista murciano que le lleva los temas financieros. Se llaman igual en honor a su abuelo, pero son muy diferentes. "Antonio decide donde invierte en temas de teatro porque es su mundo. Yo le aconsejo más en el tema inmobiliario y sobre el resto de cosas que no paran de proponerle".

El Mago Pop tiene siempre la última palabra "pero se deja aconsejar", apunta. Es mitad artista y mitad empresario. Por ahora brilla en ambas facetas. "La idea de comprar un teatro en Branson, Estados Unidos, fue suya. También la de ir a Broadway pese al riesgo que suponía todo aquello". Según su primo, tiene olfato para los negocios y, sobre todo, cabeza. "No derrocha e invierte lo que tiene. El teatro es su vida". Actualmente cuenta con un equipo de unas 120 personas entre trabajadores fijos y autónomos.

"No derrocha e invierte lo que tiene. El teatro es su vida"

— Antonio Díaz, asesor financiero

Su director financiero destaca que El Mago Pop es una persona es sencilla, a quien no le fascina acumular coches caros, joyas o ropa de marca. "Le gusta viajar pero también disfruta pasando tiempo con la familia o con amigos". Le encanta tocar la guitarra y ver capítulos de 'Friends', su serie favorita, que ve en versión original para mejorar su inglés. Su otra pasión, a parte de la magia, es el Barça y el equipo murciano Club Deportivo Cieza porque las raíces familiares siguen ligadas a aquella tierra. Invirtió en él cuando estaba en Preferente y la temporada pasada subió a Tercera. El próximo mayo esperan alcanzar los play-off y subir a Segunda. Parece que todo lo que toca se convierte en oro. "Antonio siempre ha pensado en grande", señala su primo. Pero sin equilibrio financiero en sus sociedades no habría magia.

Para el Mago lo importante es tener sueños. Él los ha convertido en realidad.