Kylie Minogue, elevando la libido a los 55 en 'Tension'

Música de baile sin coartadas sesudas, con ganchos en cascada, llamadas al romanticismo y al golpe de cadera, pura adicción a la excitación. Como siempre fue, o casi, en un disco de Kylie Minogue, la incansable ‘pin up’ bajo la bola de espejos, la alcahueta que ha tutelado el romance de varias generaciones esparciendo su elixir del amor. Después de ayudarnos a conjurar el encierro pandémico con ‘Disco’ (2020), la fiesta sigue, y como entonces, el título lo dice todo: ‘Tension’, con su procaz tema central. “Rompe la tensión / Tócame ahí / Casi ahí / No seas tímido, chico, que no muerdo”.

El buen humor, que no falte, y ahí está Kylie, cabalgando sobre el ‘leitmotiv’ erótico-festivo a los 55, y sacando partido de aliados que la conocen bien, como el ‘hit maker’ Biff Stannard (coautor de ‘Wannabe’, de Spice Girls, y que le suministró en el pasado números como ‘Please stay’ o ‘In your eyes’). Aunque el llamativo primer sencillo, ‘Padam padam’ (sin relación con el clásico de Édith Piaf), no lleva su firma, sino que es cosa del avispado Lostboy (Peter Rycroft, socio de Måneskin). Canción esta, envuelta en un halo vagamente siniestro, amenazante (“te pareces a alguien que conozco”, “estaré en tu cabeza todo el fin de semana”), efecto redoblado por ese vídeo con vestuario y atrezo rojo demoníaco.

La versión original

Tras este pórtico se abre paso una Kylie Minogue más clásica y llana, que alterna el burbujeo del synth-pop con la trama house buscando siempre la dinámica efervescente. Mención para el subidón cibernético de ‘Hold on to now’ y para la bella tonada de ‘Things we do for love’. No se disimula la querencia por los 80, y en el disco-funk de ‘One more time’ parece estarnos diciendo que ella estaba ahí cuando Dua Lipa aún no había nacido y que encarna la versión original. ‘Green light’ cuela hasta un saxo digno de Spandau Ballet y, en ’10 out of 10’, el recitado del holandés Oliver Heldens trae a la memoria ‘Paninaro’, de Pet Shop Boys. Más floja resulta ‘Vegas high’, que parece creada tan solo para acompañar su próxima residencia en Las Vegas, a partir del 3 de noviembre.

Con todo ello, y aunque ‘Padam padam’ auguraba mayores audacias, ‘Tension’ no va a sorprender al conocedor de la obra de Kylie Minogue, pero presenta un buen compendio de sus artes pop para la pista de baile. Ya son 16 álbumes desde aquella ‘Locomotion’ que la presentó en 1987, y pasadas las décadas, la impronta de Stock, Aitken & Waterman vuelve a insinuarse en ese ‘bonus track’ titulado ‘Somebody to love’, cuyo estribillo puede hacer pensar en el remoto ‘Hand on your heart’. Como entonces, ella sigue enamorada del enamoramiento: “Un día, la flecha volará / Nada podrás hacer, es automático / No sabrás en lo que te estás metiendo / pero cuando ocurre, es cinematográfico”. Qué haríamos sin Kylie. Jordi Bianciotto

Otros discos de la semana

En su segundo elepé tras la marcha de Gerard Love (duodécimo de su carrera), el grupo escocés corrige los defectos del traumatizado ‘Endless arcade’ (2021) y entrega una gratificante colección de canciones que, sin modificar sustancialmente el asentadísimo sonido de la banda (melodías serenas de aire clásico, armonías exquisitas, arreglos sutiles), se hace contemporánea a través de unas letras sobre la importancia de mantener la esperanza en un mundo que invita al pesimismo. Rafael Tapounet

Tras dar señal con Our Native Daughters y su estreno solista, ‘Outside child’ (2021), Allison Russell se crece casando el lamento y la denuncia con la esperanza y la diversión. Flotan en torno a este cancionero las experiencias dolorosas, exorcizadas a través de un amplio espectro de recursos: ‘tempos’ enrarecidos envueltos en cuerdas y con acentos de jazz, vibración góspel, disco-funk liberador. Russell invita a soñar con un cruce de Nina Simone y Gloria Gaynor. J. B.

Qué gusto da cuando escuchas un disco y, por encima de todo, puedes oír lo bien que se lo ha pasado el artista haciéndolo. El primer largo del madrileño Ralphie Choo es precisamente eso. Un disco absolutamente juguetón, una supernova a todas luces: lleno de destellos, expandido en miles de direcciones, que pasa del r&b al flamenco al dembow al reguetón a la bossa nova sin despeinarse, ya sea brillando en solitario o acompañado de otros tripulantes de altura como Mura Masa, rusowksi o Paris Texas. Patri Di Filippo

Es un viaje metafórico por Estados Unidos. También un disco, el primero en 30 años de carrera, con una cantante, la joven y talentosa Gabrielle Cavassa. Incluye versiones de Springsteen y Glenn Campbell y una preciosa audacia donde mezcla el ‘Chicago’ de Sufjan Stevens con el ‘Chicago’ de Count Basie. Es mundano y chic (‘Manhattan’) pero también dramático (‘Alabama’, de John Coltrane). Como una matrioska, o mejor, un caballo de Troya, el estreno de Redman con su nuevo cuarteto tiene muchas capas. Y todas, de la más ligera a la más intensa, funcionan. ¿Son demasiadas? ¿O ahí está precisamente su potencia? Roger Roca