CRÓNICA

Así fue el concierto de Sinéad O'Connor en Cap Roig en agosto de 2010, por Jordi Bianciotto

La cantante irlandesa primó el ascetismo folk

Muere Sinéad O'Connor a los 56 años

Sinéad O'Connor, en Cap Roig.

Sinéad O'Connor, en Cap Roig.

Jordi Bianciotto

Jordi Bianciotto

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Estábamos avisados: esta Sinéad O'Connor no es la amazona pop deThe lion and the cobra (1987), su disco de debut, ni el bello rostro angustiado deNothing compares 2 U, que hace dos décadas nos atacó por tierra, mar y aire. Como vimos en el 2008 en el Palau, la irlandesa ha puesto su fe religiosa en el primer plano y en sus canciones abundan las citas a corderos, ángeles y biblias. Apeada del estrellato, su nombre atrae a un núcleo de fans de largo recorrido y a algunos excurisonistas musicales. Insuficiente para llenar el auditorio del Festival Jardins de Cap Roig, acostumbrado al lleno y que, el domingo, tuvo ocupado poco más de medio aforo.

Salió descalza, con un crufijo sobre su larga blusa roja y una guitarra eléctrica. A su lado, un operario que alternó la guitarra acústica, el teclado y la flauta, y su marido desde hacía una semana, Steve Clooney, también a cargo de las seis cuerdas. Abrió conSomething beautiful, de su último disco,Theology, que fijó el listón de la noche: material pastoral con raíces folk, muy bien cantado, pero que no será recordado por su variedad plástica. Noche de letanías bonitas, puras y monótonas.

Y no es que fuera un recital de guión severo, basado en el material ascético de sus nuevos discos, ya que O'Connor fue colando canciones de su vida anterior, como Never get old, The emperor's new clothesyThree babies. La mezcla no chirrió. Explicación: todas las canciones, antiguas y nuevas, sonaban más o menos igual, entre el folknew agey un pop liviano decorado con flautas célticas.

Final místico

CantóI am stretched on your graveen versión a cappella;se acercó al reggae enThe lamb's book of life, y levantó ovaciones conNothing compares 2 U,de Prince, tras la cual se vieron huidas en la grada. O'Connor dedicó la recta final «al Espíritu Santo» (Thank you for hearing me) y «a las más altas autoridades del Vaticano», a quienes criticó hace poco por los casos de pederastia. Convertida en Juana de Arco, se soltó conThe times they are a-changin'(Dylan) y convirtió la jamaicana Rivers of Babylon (el éxito disco de Boney M) en un salmo esperanzado. Bálsamo y protesta.