Propuesta teatral

Titzina Teatre bucea en el ictus con 'Búho' en la sala Beckett de Barcelona

Diego Lorca y Pako Merino penetran en el interior de la mente de un hombre que ha perdido la memoria con un montaje sugerente

Búho

Búho / Quim Cabeza

Marta Cervera

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La compañía catalana Titzina Teatre, residente esta temporada en la Sala Beckett, bucea en la mente de quienes han padecido un ictus y han perdido la memoria en su nueva obra de creación 'Búho', en cartel hasta el 14 de mayo. En ella Diego Lorca y Pako Merino narran la historia de un antropólogo forense especializado en yacimientos paleolíticos a quien el ictus causa una amnesia grave. Los autores, actores y directores del espectáculos invitan a viajar con él en esa búsqueda de la identidad, a reconectar con ese mundo interior lleno de recuerdos para recuperar su identidad. "Todos tenemos un mundo interior, una memoria que nos hace únicos. Cuando lo perdemos todo se rompe porque los cajones de la mente se desorganizan y aparecen la demencia, la amnesia. Es una realidad por la que muchos pasaremos", recuerda Lorca. Su intención es "remover alguna cosa dentro del espectador".

Tras un profundo trabajo de investigación junto a especialistas y pacientes del Institut Guttmann dejaron volar su imaginación para intentar plasmar en escena una obra sugerente que plasme desde el arte del teatro ese viaje personal que cada paciente debe realizar en busca de esos recuerdos. "En esta obra volvemos a nuestros orígenes, al teatro más de la escuela de Lecoq. Y lo combinamos con proyecciones de vídeo. Hay una parte muy plástica. La puesta en escena es muy onírica y metafórica". La escenografía es de Rocío Peña y la música y sonido, creados por Jonatan Bernabeu y Tomomi Kubo ha sido compuesta especialmente para el espectáculo en paralelo a su creación. Es un trabajo muy diferente a su última obra, 'La zanja'.

"Los tiempos de la mal llamada industria cultural no van con nosotros"

Diego Lorca y Pako Merino se conocieron en 1999 en la Escuela Internacional de Teatro Jacques Lecoq de París. Después de trabajar en varias compañías internacionales, en 2001 fundaron Titzina en Cerdanyola del Vallès (Barcelona). Sus modelos son Théâtre de la Complicité, Théâtre du Soleil, Robert Lepage. También admiran a Baró d'Ével.

Titzina se identifica con un tipo de teatro diferente, con sello propio, que invita a la reflexión. Hace replantear cosas al espectador. En sus 22 años como compañía han realizado seis espectáculos. "Dedicamos dos años a producir una obra y después giramos con ella. Los tiempos de la mal llamada industria cultural no van con nosotros."

Han viajado por todo el mundo con sus espectáculos, especialmente en Latinoamérica. "Allí donde vamos no vuelven a llamar. Tener trabajo y hacer lo que nos gusta es nuestro premio. No solemos estar en nunca en las quinielas", comenta Lorca. Parece no importarles demasiado. Lorca recuerda que 'Canto jo i la muntanya balla', donde actuó, se alzó con tres premios Max y ocho premios Butaca y pese a ello "no estuvo tanto en cartel e hizo una veintena de bolos". Las obras de Titzina suelen tener un recorrido mucho más largo de exhibición.

Otra de las compañías residentes en la Beckett, Las Chatis de Montalbán, estrenarán el próximo 26 'Derecho a la pataleta', cuyo subtítulo es 'La missió més trepidant de les Espies de veritat'. El texto de Berta Prieto y Lola Rosales ironiza sobre el mundo actual y el difícil futuro que nos espera con humor. Tres jóvenes actrices -Belén Barenys, Natàlia Barrientos y Paula Vicente Mascó- encarnan en ella a las heroínas de una famosa serie animada de la que eran las creadoras de la obra.