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Rigola destila 'Hedda Gabler' en clave íntima y actual en el Lliure

El director profudiza en su método teatral con cinco actores en una caja de madera, con Nausicaa Bonnín como protagonista

Gabler

Gabler / Sílvia Poch

Marta Cervera

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'Hedda Gabler', un drama existencial de Henrik Ibsen estrenado en Múnich (Alemania) en 1891, regresa al escenario del Teatre Lliure con una nueva versión, austera e íntima, firmada por Àlex Rigola y con cinco actores muy cerca del público, en una caja de madera. La obra, uno de los primeros textos de la dramaturgia moderna, cuenta con Nausicaa Bonnín en el rol protagonista. Miranda Gas, Pol López, Marc Rodríguez y Joan Solé completan el el reparto. La mayoría no había trabajado antes con Rigola.

La nueva versión sitúa en el presente el drama existencial 'Hedda Gabler'. Traslada a esa mujer inconformista, autodestructiva y marcada por el tedio a nuestra época. "Vivimos en un momento incómodo donde no sabemos situarnos. Y los personajes también tienen algo de eso, no acaban de estar situados". Para Rigola hay un paralelismo entre el mundo que muesta Ibsen con el actual donde "se percibe un malestar porque estamos en una fase de cambio, no sabemos hacia dónde vamos y cada cual mira de darle sentido a su existencia".

Pero solo unos pocos podrán saborearlo pues la caja de madera tiene cabida sólo para 80 espectadores y el público ya ha agotado todas las localidades. Desde luego es mucho más que las 30 plazas disponibles en su primer montaje 'en caja', 'Who is me. Pasolini (Poeta de las cenizas)'. Pero 80 plazas son menos de la mitad de la capacidad del LLiure de Gràcia con casi 200 asientos, donde el montaje se representará del 29 de diciembre al 29 de enero.

Método propio

Han pasado siete años desde que el director decidió romper con las convenciones del teatro para explorar otra manera de comunicación entre el actor y el espectador mucho más próxima y honesta. Un teatro sin alardes técnicos, despojado de todo, sin un vestuario determinado, ni luces, ni maquillaje o caracterización donde el intérprete se llama por su nombre y va con su propia ropa, la misma que lleva en casa.

Actores y público penetran por la misma puerta en un espacio rectangular de pequeñas dimensiones donde los silencios y las palabras adquieren una dimensión similar a la de una sala de ensayos. Esa frescura y esa verdad es la que busca el director. "En un escenario de grandes dimensiones se pierde parte de esa excelencia que tienen muchos actores. Ofrecemos al espectador disfrutar del 'acting', casi como si estuviera en la sala de ensayos", afirma Rigola.

"Es una manera nueva de trabajar. He tenido que deconstruir todo lo que he aprendido en 20 años"

— Nausicaa Bonnín

Rigola ha desarrollado un método propio, un decálogo de reglas para que los actores trabajen siempre en el vacío sin nada donde agarrarse. "Es un trabajo muy libre y muy técnico", afirma el director. No es fácil acostumbrarse a este sistema, admite Bonnín: "Es una manera nueva de trabajar. He tenido que deconstruir todo lo que he aprendido en 20 años. Me ha colocado en el abismo y eso es interesante". El método Rigola les hace trabajar desde el presente, recordándoles siempre quienes son, buscando la conexión e identificación con los personajes desde el hoy. "Llamarnos en la obra con nuestros propios nombres ayuda a difuminar la línea entre actor y personaje", comenta Joan Solé, a quien esta puesta en escena sin filtro le ha permitido seguir adelante con su rol de Jørgen Tesman, esposo de Hedda, pese a haberse roto el pie después de un ensayo. "El código que pide Rigola parece sencillo pero no lo es porque en esta caja se amplifica todo y si no estás en la onda adecuada se nota", añade Miranda Gas que asume el papel de Thea Elvsted, amiga de Hedda.lo en un

"Lo importante es jugar, no representar. Volver a la esencia de la interpretación, no invento nada"

— Àlex Rigola

"Lo importante es jugar, no representar. Volver a la esencia de la interpretación, no invento nada", dice Rigola. De entre todas las reglas, la fundamental es no representar emociones. "No quiere decir que sean robots porque tienen que ocurrirles cosas cuando actúan pero las emociones no deben estar preestablecidas. Saldrán las que salgan". Para Pol López, que debuta con Rigola en el rol del escritor alcohóico Ejlert Løvborg, "todo está muy depurado, no solo el texto. Los silencios son clave, mucho contenido y vínculos están en ellos". Hay un enorme trabajo de "estilización, vaciando el texto de palabras y buscando unos silencios que contienen más información que cualquier vocablo".

A partir de septiembre próximo, el montaje hará gira por dentro y fuera de Catalunya y recalará en Madrid a finales del próximo año.