Crítica de cine

'EO', de Jerzy Skolimowski: los asnos somos nosotros

El nuevo filme del veterano director polaco toma como referencia a Bresson para contemplar la odisea existencial de un asno que en su deambular experimenta sucesivos maltratos a manos de los humanos

Fotograma de 'EO', de Jerzy Skolimowski

Fotograma de 'EO', de Jerzy Skolimowski / EPC

Nando Salvà

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El nuevo largometraje de Jerzy Skolimowski es una película propia de un hombre mucho, mucho más joven, y quizá el mayor riesgo artístico que el polaco octogenario ha afrontado en sus seis décadas de carrera. ‘EO’ se inspira en ‘Al azar de Baltasar’ (1966), la obra maestra de Robert Bresson, pero no es un ‘remake’ sino una relectura adaptada al tiempo presente; ambas películas contemplan la odisea existencial de un asno que en su deambular experimenta sucesivos maltratos a manos de los humanos pero, en lugar de narrar en base a la rigurosa austeridad típicamente bressoniana, Skolimowski opta por un estilo visual expresionista cuyos efectos oscilan entre lo onírico y lo alucinógeno.

A diferencia de tantas otras películas protagonizadas por animales, ‘EO’ logra que nos identifiquemos con su équido héroe sin necesidad de antropomorfizarlo, y a través de representaciones rotundamente intrépidas de su punto de vista como acrobáticos movimientos de cámara, distorsiones de lente, primeros planos abstractos, agresivos efectos cromáticos y estruendos sonoros. Y, entretanto, Skolimowski renuncia a los intereses espirituales simbolizados en su día por el burro de Bresson no solo para atender preocupaciones más apremiantes —el nacionalismo, la migración forzosa, el cambio climático-, sino también para sugerir una explicación al porqué del amor que los animales nos despiertan: vemos en ellos un alma, y eso nos ayuda a ubicar la nuestra.