Óbito

Adiós a Manolo Sanlúcar, maestro de guitarristas flamencos

El músico de Sanlúcar de Barrameda fallece a los 78 años, tras un largo tiempo en el que estaba debilitado de salud, dejando un legado fundamental con piezas como ‘Caballo negro’, número uno en ventas en 1974, y el referencial álbum ‘Tauromagia’

Manolo Sanlúcar.

Manolo Sanlúcar. / EFE

Jordi Bianciotto

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Virtuoso del toque y creador innovador, Manolo Sanlúcar deja un legado trascendental en el arte flamenco con sus álbumes enraizados en el clasicismo y abiertos a la aventura. Una obra que le consagró como guitarrista de guitarristas y que seguirá desprendiendo luz tras su muerte, este sábado, en un hospital de Jerez de la Frontera, al no superar los graves problemas de salud que arrastraba desde hacía años.

En las raíces del legado de Manuel Muñoz (su verdadero nombre; nacido en Sanlúcar de Barrameda el 21 de noviembre de 1943) están las severas enseñanzas de su padre, Isidro, y el enrole, con solo catorce años, en la compañía de Pepe Marchena. Formó luego pareja artística con la Paquera de Jerez al tiempo que emprendía su producción discográfica con ‘Recital flamenco’ (1968), en el que se mostró no solo como finísimo guitarrista sino también como compositor. Punto de partida de una obra en la que, a partir del pleno conocimiento de la ortodoxia, se prestó a ampliar los contornos del arte flamenco. 

Una rumba en las listas

Una temprana secuencia de discos reflejó sus inquietudes: de la trilogía ‘Mundo y formas de la guitarra flamenca’ (1971-72), con las seis cuerdas desnudas, al complejo ejercicio de ‘Fantasía para guitarra y orquesta’ (1977), y de ahí al diálogo con instrumentos como la batería, el bajo eléctrico y el piano de ‘…Y regresarte. Homenaje a Miguel Hernández’ (1978). Sin pasar por alto la rumba ‘Caballo negro’, del álbum ‘Sanlúcar’, número uno en las listas de 1974.

Su versión del drama ‘Medea’ (1987), y el álbum ‘Tauromagia’ (1988), con cómplices como José Mercé, Diego Carrasco y un veinteañero Vicente Amigo, representaron altas cumbres de su trayectoria, mientras sus hermanos, Isidro y José Miguel (conocido este como Évora), se crecían igualmente como figuras destacadas del mundo flamenco, como productores, compositores u orquestadores. En 1992, colaboró con Montserrat Caballé en la Expo-92 de Sevilla.

Comprometido en los últimos tres lustros en la elaboración de una enciclopedia audiovisual del flamenco que el año pasado dio por terminada, Sanlúcar anunció su retiro de los escenarios en 2013, si bien en 2016 reapareció en el barcelonés Palau de la Música (Mas i Mas Festival). Fue la última vez que se le pudo ver en un escenario, y el recital se interrumpió tras interpretar cuatro piezas por su débil estado de salud. En el verano de 2021 estuvo hospitalizado por un fallo multiorgánico. Una amplia mirada a su arte se reflejó en el documental ‘El legado’ (Netflix, 2019).

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