Galería de tunantes

"Hasta nunca, señor Bond": los 10 mejores villanos de la saga 007

El cine Phenomena celebra los 60 años de la franquicia proyectando en orden cronológico las 25 películas de la serie canónica del agente británico con licencia para matar

Una imagen de 'Goldfinger'

Una imagen de 'Goldfinger' / EPC

Rafael Tapounet

Rafael Tapounet

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La saga cinematográfica de 007, el agente del servicio de inteligencia británico con licencia para matar, cumple 60 años, y la barcelonesa sala de cine Phenomena lo celebra proyectando, entre el lunes 22 y el domingo 28 de agosto, las 25 películas de la serie canónica de James Bond realizadas por Eon Productions en estricto orden cronológico; de ‘Agente 007 contra el Dr. No’, de 1962, a ‘Sin tiempo para morir’, de 2021 (solo quedan excluidas la paródica ‘Casino Royale’, de 1967 y ‘Nunca digas nunca jamás’, de 1983, producidas por Columbia y Taliafilm, respectivamente).

La recuperación en pantalla grande de todos los títulos ‘oficiales’ de la franquicia es un buen pretexto para hacer una selección de los 10 mejores villanos de la serie. La limitación que imponen los ‘numerus clausus’ obliga a dejar fuera de la lista a tunantes tan meritorios como Emilio Largo, Rosa Klebb, Oddjob, Barón Samedi, Hugo Drax, Elektra King, Max Zorin, Xenia Onatopp y Lyutsifer Safin (los nombres de los ‘villanos Bond’ han sido casi siempre un derroche de perversa inventiva), pero el carisma y la vesania de los 10 elegidos está fuera de discusión. Aquí están, en orden de aparición.

Julius No

(‘Agente 007 contra el Dr. No’, 1962)

Fue el primero y ya solo por eso merece un puesto de honor en el panteón de los malos ‘bondianos’. Hijo de un misionero metodista alemán y de una chica china de buena familia, es un ‘mad doctor’ de manual, con un cerebro privilegiado inclinado al mal, un desmesurado complejo de Napoléon, unas manos biónicas de fuerza prodigiosa (aunque algo torpes) y un plan delirante para sumir al mundo en el caos. El actor canadiense Joseph Wiseman lo encarnó con suma distinción después de que el primer intérprete considerado para el puesto, el dramaturgo y compositor Noël Coward (amigo personal de Ian Fleming), rechazara el ofrecimiento al grito de “¡no, no, no!”.

Joseph Wiseman, como Julius No.

Joseph Wiseman, como Julius No. / EPC

Donald 'Red' Grant

(‘Desde Rusia con amor’, 1963)

Antes de dedicarse a perseguir escualos asesinos en ‘Tiburón’, Robert Shaw inauguró la fecunda estirpe de los enemigos de Bond teñidos de rubio (la lista es singularmente larga). Grant no es un genio megalómano con planes apocalípticos sino un mortífero sicario específicamente entrenado para liquidar a 007. Casi lo consigue a bordo del Orient Express, donde héroe y villano se baten en una violentísima pelea cuyo rodaje requirió tres semanas de trabajo y que aún hoy, seis décadas después, es recordada como uno de los momentos más tensos y memorables de toda la franquicia (casi tanto como la aparición de Shaw ataviado con una escuetísima toalla).

Red Grant (Robert Shaw), de cháchara con 007.

Red Grant (Robert Shaw), de cháchara con 007. / EPC

Auric Goldfinger

(‘Goldfinger’, 1964)

La perfecta encarnación del villano detestable. Aquí no hay afrentas del pasado que vengar ni conflictos personales que reparar; Goldfinger es simplemente un codicioso multimillonario sospechosamente fascinado por el oro nazi y aficionado al golf que no tiene reparo en hacer detonar una bomba atómica con el único propósito de hacerse aún más rico. El escritor Ian Fleming le dio el apellido del arquitecto de su casa de Hampstead (una retorcida forma de homenaje) y los productores Saltzman y Broccoli eligieron para el papel al actor alemán Gert Fröbe después de verlo interpretar a un siniestro asesino de niñas en la película ‘El cebo, de Ladislao Vajda.

Auric Goldfinger (Gert Fröbe), en el campo de golf.

Auric Goldfinger (Gert Fröbe), en el campo de golf. / EPC

Ernst Stavro Blofeld

(Varios títulos)

El más contumaz de los enemigos de Bond es también el tipo que definió el paradigma estético del genio del mal con ansias de dominación mundial: cara desfigurada por una cicatriz, uniforme de aire maoísta y gato blanco en el regazo. Jefe supremo de la organización criminal SPECTRE (Ejecutivo Especial para Contraespionaje, Terrorismo, Venganza y Extorsión), ha aparecido en pantalla con los rostros de Donald Pleasance (‘Solo se vive dos veces’), Telly Savalas (‘Al servicio secreto de Su Majestad’), Charles Gray (‘Diamantes para la eternidad’) y Christoph Waltz (‘SPECTRE’ y ‘Sin tiempo para morir’) y ha recibido menciones en al menos otras cinco películas.

Blofeld, con la cara de Donald Pleasance, en 'Solo se vive dos veces'.

Blofeld, con la cara de Donald Pleasance, en 'Solo se vive dos veces'. / EPC

Francisco Scaramanga

(‘El hombre de la pistola de oro’, 1974)

El mejor villano con tres pezones de la historia es un cotizadísimo asesino a sueldo internacional que adquirió gran destreza como tirador en el circo ambulante en el que nació (su madre era encantadora de serpientes) y que vive recluido en una remota isla privada dotada de una planta de energía solar autosuficiente. Su obsesión por acabar con Bond en un duelo a pistola acabará perdiéndole. Christopher Lee (primo de Ian Fleming en la vida real) parece pasárselo en grande interpretando al personaje desde la delgada frontera que separa la seriedad algo ‘camp’ del puro cachondeo. Curiosidad: en la novela, el tipo tiene origen catalán.

Scamaranga (Christopher Lee, izquierda), a punto de batirse en duelo con Bond (Roger Moore).

Scamaranga (Christopher Lee, izquierda), a punto de batirse en duelo con Bond (Roger Moore). / EPC

'Tiburón'

(‘La espía que me amó’, 1977, y ‘Moonraker’, 1979)

El acromegálico Richard Kiel puso su físico desmesurado al servicio de este brutal sicario de pocas palabras (en realidad, ninguna) cuya actividad cerebral parece reducirse a un solo pensamiento: matar a Bond. Se sirve para ello de una fuerza descomunal y una ortodoncia escalofriante. Su impactante presencia en ‘La espía que me amó’ cautivó a las plateas hasta tal punto que los productores de la franquicia decidieron recompensarle con una segunda aparición en ‘Moonraker’, convertido ya en un sandunguero villano de cómic que acaba aliándose con el archienemigo 007 después de enderezar su vida con ayuda de su lacónica novia Dolly.

Un momento de intimidad entre Bond y 'Tiburón' en 'Moonraker'.

Un momento de intimidad entre Bond y 'Tiburón' en 'Moonraker'. / EPC

Franz Sánchez

(‘007: Licencia para matar’, 1989)

Estaba cantado: el gran villano de la franquicia en los años 80 tenía que ser, sí o sí, un capo del narcotráfico internacional, presuntamente colombiano (aunque reside en la ficticia República de Isthmus, que controla a través de un gobierno títere). Su estricto código moral le aporta una atractiva complejidad a una personalidad tirando a psicopática inspirada de manera poco sutil en el perfil de Pablo Escobar (incluyendo la célebre frase “plata o plomo” 25 años antes de ‘Narcos’). El personaje se beneficia de la eficaz interpretación del carismático Robert Davi (el Jake Fratelli de ‘Los Goonies’) y tiene una de las mejores muertes de toda la saga.

Robert Davi, caracterizado como como Franz Sánchez, y una iguana.

Robert Davi, caracterizado como como Franz Sánchez, y una iguana. / EPC

Alec Trevelyan

(‘GoldenEye’, 1995)

Los responsables de la franquicia tardaron más de tres décadas en descubrir que podría ser una buena idea encomendar el papel de villano a alguien que fuera el reverso tenebroso del mismo Bond: un exagente del MI6 que, después de compartir misiones y amistad con 007 y de sufrir graves heridas en una operación que sale mal, se pasa al lado oscuro alegando que pretende así vengar la traición del Gobierno británico al pueblo cosaco en 1945 (formidable pretexto). La relación preexistente entre el héroe y su antagonista (un convincente Sean Bean) convierte el enfrentamiento en una cuestión personal y eso lo hace todo más interesante. “Nos vemos en el infierno, James”.

Alec Trevelyan (Sean Bean), la cara oscura de Bond.

Alec Trevelyan (Sean Bean), la cara oscura de Bond. / EPC

Le Chiffre

(‘Casino Royale’, 2006)

El primer villano del ciclo novelístico de Ian Fleming tardó 42 años en hacer su irrupción en la franquicia cinematográfica, pero lo hizo a lo grande. Banquero privado de origen albanés aficionado a los naipes y a financiar todo tipo de terrorismo internacional, padece un extraño síndrome que le hace llorar sangre por el ojo izquierdo y tiene una especial fijación con los genitales de Bond. Su elegante sadismo y el bajo perfil de sus ambiciones (¡por Dios, el tipo solo quiere ganar un torneo de póker para que no lo maten!) lo convierten en un personaje fascinante al que la interpretación de Mads Mikkelsen aporta una hipnótica mezcla de vulnerabilidad y amenaza. 

Le Chiffre (Mads Mikkelsen) se lo juega todo al 007 en 'Casino Royale'.

Le Chiffre (Mads Mikkelsen) se lo juega todo al 007 en 'Casino Royale'. / EPC

Raoul Silva

(‘Skyfall, 2012)

Otro exagente del MI6 con cuentas pendientes. Otro talento echado a perder. Con su diabólica inteligencia, su experiencia como espía de alto rango y sus conocimientos tecnológicos, Silva podría aspirar a dominar el mundo y, sin embargo, prefiere conformarse con un objetivo bastante más modesto: vengarse de M. Su tortuosa relación con la jefa del servicio de inteligencia británico lo hermana de alguna manera con el propio Bond, que en esta ocasión no consigue impedir que el malo cumpla su ominoso propósito (aunque lo acaba matando por ello). Javier Bardem, pletórico sin resultar excesivo, inscribe su nombre con toda justicia entre los mejores villanos de la saga.

Raoul Silva (Javier Bardem), el enésimo enemigo de Bond teñido de rubio.

Raoul Silva (Javier Bardem), el enésimo enemigo de Bond teñido de rubio. / EPC

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