Crítica de cine

'Los perdonados': la culpa occidental

Una película demasiado obvia sobre la herencia del colonialismo y la conducta de los occidentales en los países en desarrollo

los perdonados

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Nando Salvà

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Los asuntos obvios -demasiado obvios- de la nueva película de John Michael McDonagh son la herencia del colonialismo y la inmoralidad, la arrogancia y el abuso que define el comportamiento de los occidentales en los países en desarrollo. Sus protagonistas son un matrimonio de londinenses de visita en Marruecos que, tras atropellar a un joven lugareño al principio del relato, toman caminos narrativos distintos: él (Ralph Fiennes) emprende un viaje a regañadientes para visitar el pueblo del fallecido y, llegado el momento, asumir la responsabilidad de sus actos; ella (Jessica Chastain) permanece en una lujosa villa en el desierto, de fiesta entre la élite blanca.

‘Los perdonados’ divide su metraje entre excesos hedonistas y momentos de dolor y luto, y en ningún momento llega a decidir qué tipo de película quiere ser. Entretanto, recurre al comentario social que proporcionan los afilados diálogos para compensar la escasez de intriga u sustancia emocional provocada por la falta de hondura de los personajes. Todos ellos son poco más que caricaturas, tanto los que se dedican a beber y esnifar mientras verbalizan su desdén como las pobres víctimas que les sirven. Y mientras los contempla, pese a que sin duda tiene otras intenciones en mente, la película recurre a los mismos métodos que todas esas ficciones en las que los oprimidos no son sino meras comparsas que permiten a los ricos aprender algo sobre sí mismos.

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