Música

La banda sonora de 'Stranger Things 4', canción a canción

En cada capítulo de la cuarta temporada de ’Stranger Things’ hay mucha música.

En cada capítulo de la cuarta temporada de ’Stranger Things’ hay mucha música. / ARCHIVO

Juanjo Talavante

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Después del arrollador éxito de las tres primeras temporadas, un público de todas las edades, aunque principalmente juvenil, esperaba como agua de mayo el estreno de la cuarta ronda de esta serie en la que los niños de Hawkins ya se han hecho mayores, pero en la que se mantiene impoluta e inalterable esa ochenteritis aguda que tan hábilmente han diagnosticado y monetizado las mentes pensantes en Netflix.

En cada capítulo de esta primera entrega de la cuarta temporada de Stranger Things (habrá una segunda en julio) hay mucha música, pero la banda sonora que verá la luz en CD, cassette y formato digital se reduce a 16 canciones. Te las presentamos una a una.

1. 'SEPARATE WAYS' (JOURNEY)

Originaria de San Francisco, la banda de rock Journey incluyó este tema en su disco Frontiers. Lo lanzó al mercado un día antes de Reyes en 1983, lo cual es un decir, porque por aquellos lares lo de Gaspar, Melchor y Baltasar como que no. Rápidamente se convirtió en un éxito, a pesar de que se promocionaba con un vídeo un tanto chapucero del que estos rockeros no guardan un grato recuerdo.

En él, los miembros del grupo simulaban tocar instrumentos en el aire, lo que quizá pudo haber supuesto el más sólido precedente del air guitar, del air synth y otros aires varios hasta alcanzar así la familia numerosa. El cantante Steve Perry y el teclista Jonathan Cain la compusieron inspirándose en los procesos de divorcio que vivían en aquel entonces sus compañeros de formación Neal Schon (guitarrista, y de los buenos) y Ross Valory (bajista). De ahí lo de “caminos separados”. Además de en EEUU, el tema no funcionó nada mal en Polonia y en Sudáfrica.

2. 'CALIFORNIA DREAMIN’ (BEACH BOYS)

Aquí, mucho chico, mucha playa, mucho surf, pero la autoría de este pedazo de canción pertenece a The Mamas & the Papas, que son quienes la escribieron (John Phillips y Michelle Phillips, concretamente) en 1963 y publicaron dos años más tarde. La canción surgió por la nostalgia que sentía Michelle de su California natal mientras vivía en Nueva York. Es la versión fetén, claro, pero por alguna stranger thing en la serie han escogido la versión que grabaron en 1986 los Beach Boys. Será que suena más ochentera. Y, ojo, que también grabaron en su día su versioncita José Feliciano The Carpenters, Queen Latifah, R.E.M. y hasta Mocedades. No me digan que no habría sido un puntazo que en la serie hubiera sonado esta última.

3. 'PSYCHO KILLER' (TALKING HEADS)

Esta canción de Talking Heads iba a ser originalmente una balada, pero, de repente, entre que David Byrne, vocalista del grupo, se sintió magnetizado por el estilo de Alice Cooper (que además de cabeza parlanchina tenía la cara pintada) y la influencia de don Alfred Hitchcock, al grupo le salió una cosa más funky y marchosa. Publicada en su álbum debut de 1977, de título homónimo, como mandan los cánones del big ego, su letra refleja los pensamientos de un asesino en serie. Tina Weymouth, novia del baterista de la formación, Chris Frantz, que hablaba francés, se inspiró en el Norman Bates de Psicosis para añadir a la canción algunas partes en el idioma de Molière y Mbappé.

4. 'RUNNING UP THAT HILL' (KATE BUSH)

Que nos perdonen los lectores millennials por la expresión, pero este tema lo ha petado al ser incluido en la cuarta temporada de Stranger Things. A ver cómo lo explicamos sin proferir un spoiler: digamos que esta canción sería una especie de salvavidas, pero si te la pones (de nuevo, en un walkman) dejas de flotar. ¿Contradictorio? Así son las cosas del más allá.

El caso es que esta pieza de la cantante y compositora Kate Bush que aparecía en su disco Hounds Of Love (1985) se ha encaramado, 37 años después, al número uno de la lista de canciones más descargadas en iTunes. En Spotify tampoco le va mal. El tema ya había triunfado en su día en Reino Unido, pero en EEUU no logró asomarse al Top 10. Aunque inicialmente Bush tuvo la intención de que se titulase A Deal With God (Un trato con Dios), la casa discográfica le hizo buscar algo más terrenal y se quedó en eso de Subiendo esa colina.

5. 'YOU SPIN ME ROUND (LIKE A RECORD)' (DEAD OR ALIVE)

Otra de ochenterismo irredento. Fue incluida en el álbum Youthquake de la banda británica synthpop Dead Or Alive. Para su composición Pete Burns, vocalista del grupo, se inspiró en Luther Vandros y se supone que la parte de las guitarras se basaron en las Walkirias wagnerianas. Pero solo se supone. El malogrado Burns solía contar que la discográfica consideraba este tema poco menos que un engendro, así que él mismo tuvo que pedir un préstamo para financiar el videoclip promocional. Y luego, claro, alcanzó el número uno en las listas británicas y todo eran felicitaciones y palmaditas en la espalda. También llegó a lo más alto en las listas de Suiza, Irlanda y Canadá.

6. 'CHICA MEJICANITA' (MAE ARNETTE)

Ritmo latino y chachachá para invitar a bailar al son de los instrumentos de viento y una pegadiza percusión. Es una de las rarezas musicales de esta banda sonora porque apenas hay rastro acerca de esta composición musical, que se atribuye a Ervin Litkei, un músico húngaro que trabajó como arquitecto y periodista en la Segunda Guerra Mundial y que se afincó, después, en Estados Unidos. La interpretación de Chica Mejicanita corresponde a Mae Arnette, considerada la Primera Dama de la Canción de Boston (aunque esta atribución no suena muy convincente). La letra dice “Chikichi chikichi cha, qué jaleo. Chikichi chikichi cha, qué alboroto”, lo que, tras bucear en nuestra particular memoria histórica, nos evoca la cantinela de algunos feriantes y sus célebres perritos piloto. O casi.

7. 'PLAY WITH ME' (EXTREME)

Liderados por Gary Cherone, cantante, y Nuno Bettencourt, guitarrista, Extreme sonaron hasta la extenuación hace poco más de 30 años con la almibarada balada More Than Words en los walkman de medio planeta. Entre los dos escribieron este Play With Me, en el que hay referencias a la Marcha Turca de Mozart, brillantemente ejecutadas con el instrumento eléctrico de las seis cuerdas que maneja el portugués Bettencourt. Extreme transita en este tema, como en su discografía, a medio camino entre el glam-rock y el funk-metal. Se hace inevitable destacar los coros -muy apañados- y sus magníficos riffs evocadores del particular estilo de Eddie Van Halen.

8. 'DETROIT ROCK CITY' (KISS)

Estos carapintadas son verdaderas eminencias en el mundo del rock. También son incombustibles. Formados en 1973, aún hoy siguen de gira rockanroleando sin parar. Detroit Rock City salió a la venta en 1976, como tercer sencillo del álbum Destroyer. Compuesta por el infatigable Paul Stanley y Bob Ezrin, la letra versa acerca de un fan que fallece en accidente cuando se dirigía a un concierto de Kiss, claro. El lenguaraz Gene Simmons, bajista del grupo estadounidense, produjo una película con el mismo título, que se estrenó en 1999. La canción es un clásico de sus directos.

9. 'I WAS A TEENAGE WEREWOLF' (THE CRAMPS)

Con sonido psychobilly salpicado de incursiones al punk rock de manos de la guitarra de Poison Ivy y la peculiar voz de Lux Interior, The Cramps se formó en Estados Unidos en 1976 y cuatro años más tarde puso en el mercado Songs The Lord Taught Us, en el que se incluía este I Was A Teenage Werewolf, que homenajea a la película de idéntico título protagonizada por Michael Landon. Muchos aseveran que pusieron la semillita para el nacimiento en los 80 del garage rock.

10. 'PASS THE DUTCHIE' (MUSICAL YOUTH)

Esta canción reggae, que fue un bombazo en el Reino Unido y llegó al Top Ten en EEUU, se incluyó en The Youth Of Today (1982), de la banda británica Musical Youth. Vendió más de cinco millones de copias en todo el mundo, y en España fue número uno de Los 40 Principales. Originalmente la canción incluía la palabra Kutchie, que en la jerga jamaicana hace referencia a una olla que contiene marihuana, pero previo consejo de los que ponían la guita, esto es la discográfica, decidieron cambiarla por Dutchie, una olla de cocina jamaicana, a secas. Sonaba mejor.

11. 'WIPE OUT' (THE SURFARIS)

Nació como relleno y se convirtió en un inesperado éxito que pervive en el tiempo, y a las bandas sonoras nos remitimos, ya que desde su grabación en la cara B del sencillo Surfer Joe en 1963, este blues surfero ha aparecido en un buen número de filmes. El término Wipe Out describe la caída desde una tabla de surf. La canción arranca precisamente con un ruido que trata de imitar el sonido de una tabla que se parte. Al inicio del tema, suena también una carcajada, obra del mánager de la banda en aquellos años, Dale Smallin. La canción instrumental, compuesta por Bob Berryhill, Pat Connolly, Jim Fuller y Ron Wilson es también un clásico de cuñas publicitarias. Pero antes hizo surfear sobre la pista de la discoteca a un montón de jóvenes en los EEUU.

12. 'OBJECT OF MY DESIRE' (STARTPOINT)

Los cuatro hermanos Phillips (Ernesto, Gregory, George y Orlando), acompañados del bajista Kayode Adeyemo y de la cantante Renee Diggs formaban el grupo estadounidense Starpoint, que incluyó esta canción en su trabajo discográfico Restless (1985). Puede asegurarse que esta canción surgió de una especie de coctelera en la que se mezclaron sonidos funk, R&Bdance y pop. Un arranque con sintetizadores, ritmos enlatados y una voz que recuerda, salvando las distancias, a la Whitney Houston más funky, llevaron a Starpoint a entrar con este tema en las listas de éxitos, el objeto de deseo de cualquier artista.

13. 'ROCK ME AMADEUS' (FALCO)

Una fantasía mozartiana, o más bien un homenaje al genial músico de Salzburgo, con el sello de la llamada Neue Deutsche Welle. El también austriaco Falco alcanzó la popularidad en 1985 con este Rock Me Amadeus, que ahonda en la convicción de que si el genial Wolfgang hubiese nacido en estos días habría sido un rockero de tomo y lomo. El disco se vendió a porrones en su país natal y otros países, como Alemania o España. En EEUU también sonó lo suyo y entró en las listas con fuerza, algo poco habitual para una canción grabada en alemán (Ya saben, las declinaciones y esas cosas). Falco falleció en un accidente de tráfico en febrero de 1998, cuando tenía tan solo 40 años. Paradójicamente, compartió también con Mozart eso de morir joven.

14. 'TRAVELIN’ MAN' (RICKY NELSON)

No es por ponernos trágicos, pero Nelson también falleció en un accidente, aunque de avión, y este tema fue obra del cantautor Jerry Fuller, que lo escribió con la idea de que fuera interpretada por Sam Cooke, uno de los grandes del Soul, quien, por cierto, ( y seguimos para bingo) murió a tiros. Este Travelin’ Man fue número uno en EEUU e impulsó la carrera de Ricky Nelson hasta situarlo entre las figuras musicales más importantes de su país. Los coros fueron cosa de The Jordanaires, coristas habituales de Elvis Presley. El sonido sesentero de este tema incluye una letra basada en el repaso de un hombre que viaja por todo el mundo y presume de tener una chica en cada puerto. El viaje musical incluye alguna que otra rima que hoy da un poco de grima: en Alaska, tiene una esquimal, en Berlín una “fräulein”, en México una “bonita señorita”… En fin.

15. 'TARZAN BOY' (BALTIMORA)

Una frivolité musical absolutamente delirante nacida en Italia, que triunfó en EEUU y media Europa, incluidas las discotecas españolas. Basada en la figura de Tarzán, el rey de la selva, esta composición de Maurizio Bassi y Naimy Hacket, es un grito -nunca mejor dicho- de libertad y una invitación a unirse al paraíso libérrimo de la jungla. Sonido electrónico, estribillo pegadizo hasta decir basta y un ritmo de esos que parecen dirigir tus pies a la pista de baile. Otra cara B de un sencillo que le dio sopas con hondas a la A. Lamentablemente, Jimmy McShane, la voz de Baltimora, murió de sida en 1995 con tan solo 37 años y no ha podido asistir a este renacimiento de su pieza italo disco.

16. 'DREAM A LITTLE DREAM OF ME'

La delicatesen de esta banda sonora. Interpretada en esta ocasión en 1950 por dos leyendas del jazz como Ella Fitzgerald y Louis Armstrong, en realidad este sueño musical data de 1931, cuando Fabian Andre y Wilbur Schwandt la concibieron. Cuenta con un sinfín de versiones de todo pelaje, que van desde las de Doris Day, Mel Tormé o Bing Crosby hasta las de The Mamas & the Papas (vendieron un millón de copias), Chicago y Michael Bublé, pasando la de la banda de Power Metal Blind Guardian. El colofón nostálgico sin edad para una banda sonora que supura precisamente eso: nostalgia con hombreras, pelos cardados y todos los ingredientes spielbergnianos que quepa imaginar.  

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