Estreno

Estreno de cine: 'Ninjababy', feminismo sin pancartas

La segunda película de Yngvild Sve Flikke defiende con uñas y dientes su rechazo al discurso oficial sobre el instinto maternal

Ninjababy

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Nando Salvà

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Pese a sus obvios parecidos con ‘Juno’ (2007) -también recurre al humor afilado para retratar a una joven que sufre un embarazo no deseado-, la segunda película de la noruega Yngvild Sve Flikke se distingue por su mirada nada puritana a la sexualidad femenina, su empática defensa de la autoridad que las mujeres poseen sobre su cuerpo y su rechazo a los reconfortantes finales felices. 

Para contar su historia, ‘Ninjababy’ se apoya en superposiciones animadas que emulan los dibujos creados por su protagonista -su objetivo es convertirse en artista de cómics- y que nos dan acceso a sus pensamientos; durante buena parte de la película, de hecho, la joven interactúa con un feto enjuto y tocado con una máscara negra que afirma querer a Angelina Jolie como madre. Explicada así, tal estrategia narrativa puede parecer un irritante derroche de autoconsciencia estrafalaria, pero en la práctica contribuye a dotar el relato de un ingenio y un efectivo sentido del humor que de ningún modo traicionan la seriedad del asunto que aborda. Ese equilibrio preciso entre vis cómica y hondura emocional es, de hecho, la gran baza de la película tanto a la hora de hacernos empatizar con el avasallador conflicto afrontado por su heroína -que quiere deshacerse de su bebé cuantos antes pero al mismo tiempo se siente cada vez más responsable sobre el futuro de la criatura- como a la de defender con uñas y dientes su rechazo al discurso oficial sobre el instinto maternal.

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