Crítica de música

Orlinski conquista Barcelona con su magia y su aura de ídolo pop

El joven contratenor polaco presentó su último disco ante un Palau que llenaban sus fans

Jakub Józef Orlinski, en una actuación en el Palau de la Música

Jakub Józef Orlinski, en una actuación en el Palau de la Música / A. Bofill

Pablo Meléndez-Haddad

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El mediático contratenor polaco Jakub Józef Orlinski regresó para profundizar en su faceta de divo de la lírica con selecciones de obras con acento espiritual de compositores barrocos hoy muy poco difundidos. Son los protagonistas de su último disco, ‘Anima Aeterna’, la tercera colaboración entre el cantante–que ha ganado popularidad tanto por su afición al ‘skate’ como al ‘brake dance’– e Il Pomo d’Oro, que le acompaña en esta gira al mando de Francesco Corti desde el clave. Orlinski fue ovacionado nada más pisar el escenario de una sala que dice que le encanta, pero que le queda grande para la proyección de su voz, ya que muchas veces fue fagocitado por la orquesta. Poco interesó este detalle a sus incondicionales, que le apoyaron y vitorearon como a una estrella del pop.

Dos piezas a descubrir arrancaron la velada, el ‘Gratias agimus tibi’ de la ‘Messa a 5 voci’ de Davide Perez y el aria ‘Non t’amo per il ciel’, del oratorio ‘Il fonte della salute’ de Johann Joseph Fux. Del motete ‘Barbara dira effera’, de Jan Dismas Zelenka, se escuchó toda una prueba de fuego que pide equilibrar virtuosismo y línea de canto y en la que Orlinski cañoneó en el ‘forte’ con sonidos desprovistos de ‘vibrato’.

Una ‘arietta’ de Francesco Bartolomeo Conti abrió la segunda parte, que empalmó, sin pausa, con toda una belleza, el aria ‘Giusto Dio’ de la ópera ‘La Giuditta’ de Francisco António de Almeida, quizás lo mejor de la noche –que bisaría entre cinco propinas–, interpretada con límpido fraseo y sutil ornamentación.

Cinco regalos

De la ópera ‘La Betulia liberata’, de Johann Georg Reutter, Orlinski ofreció el aria ‘D’ogni colpa la colpa maggiore’ pleno de energía y, al igual que en ‘A che si serbano’ del oratorio ‘Maria Vergine al Calvario’ de Gaetano Maria Schiassi, se mostró siempre seguro en las agilidades.

Concluyó el programa con el gran Händel, el ‘Amen, Alleluia’, de la ‘Antífona en Re menor, HWV 269’, una delicada pieza que emocionó al público antes de esa tercera parte de la noche compuesta nada menos que por cinco regalos.

Il Pomo d’Oro volvió a encandilar con su precisión y su sonido transparente, virtuoso y elegante, muy pendientes del solista, pero sus integrantes estuvieron soberbios en la ‘Obertura a 7 ZWV 188’ de Zelenka.

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