Concierto

Maluma en el Sant Jordi, de ídolo latino a astro pop

El cantante colombiano arrasó con una gran producción, de escenario situado en el centro de la pista, su presencia dominadora y un repertorio basado en sus ‘hits’ con citas a su último álbum, ‘Papi Juancho’

Concierto de Maluma en el Palau Sant Jordi de Barcelona

Concierto de Maluma en el Palau Sant Jordi de Barcelona. /

Jordi Bianciotto

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Dos aplazamientos más tarde, de 2020 a 2021, y de 2021 al presente año de gracia, el ‘tour’ de Maluma se hizo carne, y rima fogosa, y suspiro polígamo, este jueves en un Palau Sant Jordi con muchas ganas de perder de vista por un rato la endemoniada actualidad. Al cantante colombiano lo propulsó su ‘hit’ más imperativo, ‘Hawái’, tema que abrió y cerró la noche invocando el universal sentimiento del despecho (acaso tóxico) a cuenta de la ex que practica el postureo flagrante: “Muy lindo en Instagram lo que posteas / pa’ que yo veo cómo te va de bien / Pero te haces mal / Porque el amor no se compra ná”.

Los infinitos y muy creativos caminos que conducen al revolcón fueron, de nuevo, el ‘leitmotiv’ de ese último álbum, ‘Papi Juancho’, que aportó tan solo tres canciones a un repertorio escorado hacia los ‘hits’. En esta gira, Juan Luis Londoño, Maluma, eleva a superproducción pop un género, el reguetón, tantas veces representado en ‘shows’ paticortos, de cierto tacto casero. Y tira sin apuros de tics propios de las estrellas: esos cortes bruscos en ciertos temas (‘Corazón’) para dejarse abrumar por el griterío. Maluma épico, y un poco sobrado con su público: 45 minutos de retraso sin ninguna explicación. Eso sí, luego todo fue peloteo: “Les extrañé como un carajo”.

Buscando la cercanía

Escenario en el centro de la pista, jugando con la cercanía del astro y de las ocho bailarinas, y del vídeo, y de las llamaradas. Ahí impuso Maluma su figura dominadora, de traje claro colonial y tatuajes urbanos, soltando versos sátiros que en otras bocas merecerían algún que otro guantazo (‘Madrid’: “Por aquí todo ha cambiado / excepto el amor que sentía por ti / Ese culito me extraña, tú sabe’”) y apelando cuando corresponde al poder femenino: “Ella no está buscando novia / quiere salir a joder” (‘HP’).

Maluma practicó una relación con el sexo más explícita que la mayoría de las estrellas pop ‘anglo’, un factor diferencial bien visible en la reciente ‘Cositas de la USA’, con su enésima cita al monotema (“rentamos un camping y nos vamo’ a chingar / donde ningún radar nos pueda detectar”). Pero, a la vez, sugirió que aspira a un público más transversal con su sonido de superproducción o esa balada, ‘ADMV’, que dedicó a los caídos por el covid-19. Ahí coló una alusión a la guerra de Ucrania. “No me gusta meterme en temas de política ni de religión”, confesó, “pero si de algo estoy seguro es que la guerra no es la solución”.

Cartas deseadas

Tras ese receso, Maluma tiró de las cartas más deseadas, empezando por ‘Borro cassette’ y su baño de multitudes a pie de pista. “¿Les gusta el reguetón? ¡Aquí vinimos para perrear!" Y de ahí a ‘Felices los 4’, con vibrante desenlace salsero, ‘Vente pa’ ca’, ‘Cuatro babys’… Trofeos de esa rampante latinidad transformada en canon del pop global, empaquetados en un espectáculo que bien puede ampliar los contornos populares del colombiano. Podrán juzgarlo quienes acudan a verle a sus otros ocho conciertos en España (incluida una segunda fecha en el madrileño Wizink Center, el 8 de julio).

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