Cristina Peri Rossi, la realidad y el deseo

La aguda conciencia crítica de Cristina Peri Rossi, como la de su compatriota Eduardo Galeano, convive con la innegociable voluntad de renovación estética que supuran sus libros. De ahí que enlace todos los resortes de lo real y lo alegórico reiterando los motivos dominantes en su obra: el lenguaje, el juego, la sexualidad, el erotismo, la infancia, lo sensorial, lo instintivo, lo inacabado, lo fragmentario y las digresiones, resorte capital en 'El libro de mis primos' (1964). El Cervantes ha recaído en una escritora lúcidamente irónica que no entiende de géneros porque su cadencia en ocasiones necesita de la prosa y en otras, de la poesía.  

Peri Rossi ha hecho del exilio y la transgresión la dualidad fructífera que tensa su lenguaje. Y lo ha poblado de una mirada infantil y nostálgica como si ésa fuera la única forma de recuperar un mundo perdido. La honda carga simbólica de su imaginario prefigura la liberación que sus personajes buscan afanosamente. Liberación que alcanza al lenguaje, exuberante en su sensibilidad, rítmico en sus texturas y hedonista en su impulso. El placer del texto que reclamaba Roland Barthes se convierte en sus manos en una erótica del lenguaje que configura una literatura sin prejuicios confrontando, como quería Cernuda, la realidad al deseo.