Crítica de música

Bonnie Tyler sobrevive a los 80 en Cambrils

La cantante galesa lució vozarrón y currículo en su repaso a los éxitos de una era, de ‘It’s a heartache’ a ‘Total eclipse of the heart’, y a los temas de su nuevo disco, ‘The best is yet to come’

Bonnie Tyler, durante su actuación del sábado en Cambrils

Bonnie Tyler, durante su actuación del sábado en Cambrils / Ferran Sendra

Jordi Bianciotto

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Entre el exiguo goteo de figuras internacionales de este verano, una presencia llamativa: Bonnie Tyler, cantante muy poco asidua de nuestros escenarios, a quien pudimos ver ocho años atrás en el efímero Costa Music Festival, de Lloret de Mar, este sábado compareció en otro punto del litoral, el Festival de Cambrils. Ocasión para observar, a través de sus ‘hits’ de otro tiempo, cómo un artista puede seguir desarrollando una carrera en su realidad paralela, aunque la mayor parte de la humanidad no se dé por aludida.

Nos equivocaríamos si pensáramos que Bonnie Tyler tiene su carrera en punto muerto, ya que ha publicado dos álbumes en los últimos tres años, el último de ellos el optimista ‘The best is yet to come’, lanzado en febrero. Material rock de FM clásica, con su emotividad y su épica, con títulos, que recorrió en Cambrils (concierto que comenzó con 50 minutos de retraso, al parecer a causa de las tormentas de horas previas), como el medio tiempo melodioso ‘Hold on’ o esa ‘power ballad’ (su especialidad) llamada ‘Between the earth and the stars’, con sus fondos corales (pregrabados) y su momento ‘guitar hero’. Se avenga uno más o menos a disfrutar de esa estética musical, hay que decir que Tyler defendió lo suyo con ardor, luciendo todavía esa hermosa voz de cazalla, bien conservada, más allá de algún apuro en los tonos más agudos, tras cruzar el pasado junio el umbral de los 70.

Antes que Tina Turner

La canción que la universalizó, ‘It’s a heartache’ (1977), sonó al principio, quizá porque su tenue melancolía no casa del todo con el grueso de su repertorio, más contundente, y convenía sacarla pronto de en medio. Tyler se nos mostró reconfortada por estar ofreciendo su segundo concierto en 16 meses (tras el del viernes en Madrid). Buen humor al mirar hacia atrás, viéndose como “la jovencita que cantaba ante el espejo con un cepillo de dientes como micrófono”, y gestos de orgullo al apuntar que su admirada Tina Turner adaptó ‘The best’ dos años más tarde que ella.

Con tanto pasado, el recuento de bajas era inevitable, y evocó a dos figuras importantes en su trayectoria que nos han dejado este año: Steve Wolfe, el coautor de ‘Lost in France’, fallecido hace tres semanas, y el “genio” Jim Steinman, que la arropó en los 80 (tras catapultar a Meat Loaf), baja del pasado abril. De esa pluma salieron los fogonazos más altos de la noche, la híper-balada ‘Total eclipse of the heart’, la barroca ‘Faster than speed of night’ y el hito metal-AOR ‘Holding out for a hero’ (de la banda sonora de ‘Footloose’).

En ese tiempo de bises, Bonnie Tyler sacó a escena a saludar, como en 2013 en Lloret, a su señor marido, Robert (Sullivan), un día judoca olímpico, apostillando que llevan “48 años juntos”. La fiera domada, en una tierna escena para el deleite ‘camp’.