Crítica de ‘Chaos walking’: pensamientos al descubierto

‘Chaos walking’ ha tenido una gestación accidentada. Charlie Kaufman escribió el borrador del guion, pero luego el texto se sometió a un montón de reescrituras y pocas cosas reconocibles quedan del trabajo del guionista de ‘Cómo ser John Malkovich’. La película estaba lista para ser estrenada en marzo de 2019, un año antes del inicio del confinamiento, pero los productores, insatisfechos con el resultado, decidieron pulirla aún más. Se estrena ahora, sin saber a ciencia cierta qué queda del proyecto original.

Pero eso, lo que queda, es bastante interesante en cuanto al punto de partida: en un planeta donde se han refugiado un grupo de humanos procedentes de la Tierra, un fenómeno llamado ‘el ruido’ hace que los pensamientos de los hombres queden al descubierto. Unos lo controlan mejor que otros. El protagonista, el joven Todd, es incapaz de burlar sus pensamientos y cualquiera que esté junto a él puede escucharlos claramente. Es un libro abierto. Doug Liman, el director, lo filma mediante una extraña aura neblinosa que rodea a los hombres: la materialidad de sus pensamientos, de sus deseos, dudas y ambiciones.

El planteamiento de fantasía distópica, con elementos de 'thriller' y wéstern que tiene ‘Chaos walking’ no va mucho más allá, y la película acaba reduciéndose a un relato de persecuciones y supervivencia que se queda sin explorar del todo lo que plantea en las primeras secuencias.