'Josep': dibujos contra el fascismo

David Lynch explicaba hace muchos años que empezó a dirigir cortometrajes para dotar de sonido y volumen a sus pinturas. Algo parecido le ha ocurrido al dibujante francés Aurel, que el pasado diciembre aseguraba haber realizado ‘Josep’, su primer largometraje de animación, como respuesta a la frustración que sentía porque sus viñetas no podían tener sonido.

 No es el primer ilustrador o autor de cómics que pasa al cine precisamente para otorgar otro tipo de movimiento y sonido a sus obras gráficas. Ni será el último. El resultado ha sido bien laureado: ‘Josep’ estuvo en la pre-selección del pasado y no realizado festival de Cannes y ha ganado los Premios del Cine Européo y el César francés al mejor filme de animación.

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 Es tanto por lo que cuenta cómo por la manera de contarlo: la evocación de los campos de prisioneros españoles en Francia, tras la victoria franquista, a través del personaje real de Josep Bartolí, un dibujante antifascista.

 El trabajo con el sonido y las voces narrativas es bueno, aunque no tan creativo como para justificar ese paso de la imagen estática al movimiento sonoro. La animación posee un estilo casi estático en las evocaciones del pasado y uno más clásico en el tiempo presente, desde donde se produce el recuerdo. El campo de Argèles-sur-Mer, tan real y doloroso para los republicanos españoles vencidos, se convierte aquí en una inteligente abstracción.