Arte

La sutil disidencia de Gonzalez-Torres, en el Macba

El museo muestra una nueva lectura de la obra del influyente artista minimalista fallecido de sida hace 25 años

'Untitled' (Go-Go Dancing Platform), de Gonzalez-Torres, en el Macba.

'Untitled' (Go-Go Dancing Platform), de Gonzalez-Torres, en el Macba. / ACN / PAU CORTINA

Anna Abella

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La interacción, incitar al público a reinterpretar sus obras, era clave para Felix Gonzalez-Torres (1957 - 1996), artista norteamericano, nacido en Cuba y fallecido en Miami, que murió a los 38 años de las complicaciones del sida hace ahora un cuarto de siglo. El visitante del Macba puede acercarse y coger un caramelo, llevarse papeles agrupados en pilas que componen varias de sus instalaciones o cruzar cortinas de cuentas azules como si fueran el agua de un océano. Participación que, en estos momentos de pandemia, el museo que dirige Ferran Barenblit ha logrado preservar adaptándolo a los protocolos sanitarios del coronavirus, un contagio que conecta con el del VIH, que el artista trasladó a muchas de sus obras cuando también su pareja, Ross Laycock, se infectó del virus y murió cinco años antes que él. 

‘Untitled’ (Last Light), en primer término, ‘Untitled’ (Blue Placebo) y, al fondo, ‘Untitled’ (Water), en una sala del Macba.

‘Untitled’ (Last Light), en primer término, ‘Untitled’ (Blue Placebo) y, al fondo, ‘Untitled’ (Water), en una sala del Macba. / EUROPA PRESS

40 obras de estética minimalista y conceptual forman, hasta el 12 de septiembre, la ambiciosa muestra ‘Felix Gonzalez-Torres. Política de la relación’, que propone una nueva lectura, “más política y contemporánea”, de uno de los artistas más influyentes del siglo XX y de “un activismo sutil”, señala la comisaria Tanya Barson. Una mirada que se adapta a los tiempos del covid, a los “de la era Trump, como una advertencia del auge de la ultraderecha”, con piezas como ‘Untitled’ It’s just a matter of time (con la frase ‘Solo es cuestión de tiempo’ escrita en un gran fondo negro en letra gótica, ligada al nazismo).

'Untitled' (1990), de Felix Gonzalez-Torres.

'Untitled' (1990), de Felix Gonzalez-Torres. / Centre national des arts plastiques, Paris-La Défense

La exposición “defiende su diversidad y su complejidad”, apunta Barenblit, para ir más allá de las etiquetas de “artista queer o el artista de los caramelos”, visión ligada a obras como ‘Untitled’ (Blue Placebo), de 1991, una alfombra de dulces envueltos de azul, que se van reponiendo a medida que el público se los lleva. Con ella denunciaba el difícil acceso a los retrovirales contra el sida por la política conservadora de los 80 y 90 en EEUU contra la homosexualidad

'Untitled' (Perfect Lovers), de Felix Gonzalez-Torres (1987-1990),

'Untitled' (Perfect Lovers), de Felix Gonzalez-Torres (1987-1990), / Wadsworth Atheneum Museum of Art

Algo más allá, ‘Untitled’ (Water), una extensa cortina de cuentas, de nuevo en azul, color que para “él significaba belleza y amor pero también miedo”. “Remite al mar, a una playa que para un cubano evocaba la llegada a Florida de los balseros, pero que a nosotros nos lleva a la migración en el Mediterráneo y al refugio”, explica Barson, que añade que remite a “espacios expansivos para viajar con la mente y pensar en nuestra existencia y reflexionar sobre la mortalidad”, algo esto último que impacta en ‘Untitled’ (Last Light), ristra de bombillas encendidas que remiten a la última luz.  

Al fondo, ‘Untitled’ It’s just a matter of time, mientras una visitante coge uno de los papeles de una de las obras de Gonzalez-Torres.

Al fondo, ‘Untitled’ It’s just a matter of time, mientras una visitante coge uno de los papeles de una de las obras de Gonzalez-Torres. / EFE / MARTA PÉREZ

La denuncia de la homofobia, el antifascismo, la crítica al colonialismo (de ahí que se quitara los acentos de su nombre) y al autoritarismo están muy presentes. A ello contribuyó que con 13 años sus padres le enviaran junto a su hermana en 1971 al Madrid aún franquista, como paso previo para llegar a Puerto Rico y de allí a Nueva York.

Otro de los grandes temas de Gonzalez-Torres es el del emparejamiento, del amor y la belleza, con imágenes de parejas idénticas de espejos, relojes o anillas que recuerdan el símbolo del infinito, con un minimalismo que le permitía hablar sin imágenes explícitas de la homosexualidad saltándose así la censura y esquivando el conservadurismo de extrema derecha.

Obras en otros espacios de la ciudad

Mostrando cómo Gonzalez-Torres se cuestionaba la noción del espacio público y privado, habrá obras de la muestra en la fachada del Macba y en distintos lugares de Barcelona: el Auditori, el Pabellón Mies van der Rohe o la Rambla del Raval. Otra de sus dualidades es el concepto de ausencia y presencia. Un ejemplo es ‘Untitled’ (Go-Go Dancing Platform): un gogó con calzón y mascarilla plateada como únicas prendas sale una vez al día, sin aviso previo, y baila una música que solo él oye durante unos minutos sobre una tarima. El pedestal iluminado muestra luego su ausencia.