Aventura de los autores de 'Volcans'

Búhos: “Lo teníamos todo y no lo valorábamos”

El grupo de Calafell despliega en el Coliseum el espectáculo músico-teatral ‘Teràpia col·lectiva’, dirigido por Albert Pla

El 'show' contiene generosas dosis de "sátira, crítica, escarnio, mofa y befa"

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Jordi Bianciotto

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Después de un 2020 que ya habían concebido como sabático, Búhos no podían permanecer parados un año más, porque eso habría supuesto “dejar en la estacada a las catorce familias que dependen del grupo, entre músicos y técnicos”, razona su cantante, Guillem Solé. De ahí nace ‘Teràpia col·lectiva’, la obra músico-teatral que llevan rodando desde diciembre y que recala en el Coliseum este viernes hasta el domingo. Propuesta para tiempos en que no se puede “ni bailar ni brincar”, pero sí acudir graciosamente a “la sátira, la crítica, el escarnio, la mofa y la befa”.

El septeto de Calafell se ha aliado aquí con Albert Pla, director del espectáculo, que les dio las pautas para convertir sus conciertos en algo distinto. “Queríamos que la gente pensara y riera más que en nuestras actuaciones habituales, y él nos explicó cómo conseguirlo”, asegura Solé, que tacha sin rodeos el montaje como “muy ‘albertplaniano’”, con abundante sátira social y política, además de abierto a la improvisación. Los autores de ‘Volcans’ llegan a dar forma a una canción cada noche a partir de las demandas temáticas del público a voz en grito. “Nos pueden pedir que inventemos un tema a partir de Pablo Hasél, o de los presos políticos, o de la vacunación de las infantas”, revela el cantante. “Sobre la marcha montamos el estribillo, como los trovadores y juglares cuando hacían canciones sobre los asuntos de actualidad”.

El amigo “motivado”

De Pla destaca el cantante que es “un detallista y un motivado”, y que cuando preparaban el espectáculo “era el primero en llegar y el último en irse”. La sintonía viene de lejos: ya en 2014, el de Sabadell se marcó un dueto con Solé en la canción ‘El vaso’. Y mucho antes, los miembros del grupo lo adoraban en silencio. “Sopa de Cabra, Els Pets, El Último de la Fila y Albert Pla son nuestros ídolos de siempre”, precisa Guillem Solé, que se declara hijo del ‘rock català’ de los 90, “sin complejos”.

En ‘Teràpia col·lectiva’, Búhos expresan esa perplejidad tan corriente en tiempos de covid-19, tomándosela con espíritu deportivo. “Nos reímos de nosotros mismos y de cómo antes de la pandemia lo teníamos todo y no valorábamos nada, ni siquiera las ligas del Barça”, piensa en voz alta Guillem Solé. “Éramos felices y pensábamos que éramos infelices”. El espectáculo desprende la idea de que “hay que valorar lo que se tiene, porque puede pasar algo inesperado que te lo arrebate”. Un principio que contrasta con ese ‘nada que perder’ que últimamente se oye en las calles. “Vale que hay que evolucionar, pero pensar que no tienes nada que perder cuando estás en el Primer Mundo es no darte cuenta del planeta en el que vives”.

De la alegría a la ira

De las 14 canciones que interpretan en el espectáculo, ocho son su último disco, ‘El día de la victòria’, lanzado el pasado noviembre y cocinado antes y durante la pandemia. Una obra que, “como todas las de Búhos”, apunta Solé, se mueve “entre el optimismo festivo y la reivindicación”, ya que el grupo no es de términos medios. “O estamos alegres, o rajando”. Musicalmente, se aprecia el avance de la electrónica, “pero partiendo siempre del pop-rock”.

Ahí se sitúan lejos de la recogida pulsión acústica de Stay Homas, el trío que integra a los ‘búhos’ benjamines, Klaus Stroink y Rai Benet. “Cuando los cogimos fue como ver debutar a Messi. Somos los menos sorprendidos por su éxito”, declara Guillem Solé. Ambos grupos tienen, pese a todos los males e interrogantes, las agendas llenas de cara a los próximos meses. “Esta gira te remueve por dentro como ninguna otra: ves a gente muy emocionada, ansiosa, llorando incluso…”, reflexiona el cantante, deslizando un mensaje de buenos propósitos. “Cuando esto pase habrá un rebrote cultural e iremos para arriba como un tiro, porque las ganas que tiene la gente no las habíamos visto nunca”.