Crítica de cine

'Viaje a Grecia': el sabor del refrito

Aunque redundante en la temática, la química entre Steve Coogan y Rob Brydon funciona en el filme

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Viaje a Grecia'

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Viaje a Grecia'. /

Nando Salvà

Nando Salvà

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Las imitaciones de Michael Caine eran el mejor chiste de 'The trip' pero perdieron su eficacia al ser recicladas en las secuelas 'Viaje a Italia' y 'The trip to Spain'. La cuarta entrega de la saga afortunadamente no recurre a ellas, pero aun así ofrece más o menos lo mismo que sus predecesoras: en la piel de caricaturas de sí mismos, Steve Coogan y Rob Brydon vuelven a transitar idílicos paisajes y restaurantes magníficos, y entretanto imitan a otras celebridades -en esta ocasión destacan las de Dustin Hoffman y Werner Herzog- e intercambian pullas; y de nuevo, asimismo, Michael Winterbottom puntúa la narración con planos de agitadas cocinas gobernadas por chefs que preparan platos geniales. Que los tres se muestren autoconscientes de estar repitiéndose no alivia la sensación de redundancia, pero al menos la química entre los actores funciona mejor aquí que en su paseo por la península ibérica.

Otro ingrediente estructural de la saga son las alusiones a la masculinidad, la fama y la vejez, pero aquí por primera vez esos asuntos no son usados sólo para la guasa. 'Viaje a Grecia', por tanto, genera menos humor que las películas previas y, a cambio, más gravedad y melancolía. Y también, de forma involuntaria, dadas nuestras circunstancias nos recuerda qué importante es disfrutar de las vacaciones, los amigos y la buena comida como merecen, porque nunca se sabe cuándo dejarán de estar a nuestra disposición.