FESTIVAL DE MÁLAGA

'Crónica de una tormenta': las entrañas del periodismo

La directora argentina Mariana Barassi relata las luchas de poder internas que se producen en lo más alto para hacerse con el control de un diario

Ernesto Alterio, Mariana Barassi y Clara Lago, tras la presentación de 'Crónica de una tormenta' en Málaga

Ernesto Alterio, Mariana Barassi y Clara Lago, tras la presentación de 'Crónica de una tormenta' en Málaga / periodico

Beatriz Martínez

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“Hay muchos cambios en los medios de comunicación. La información no se cuenta como antes, porque el periodismo ya no es lo que era ni tampoco se lee de la misma manera”. Con esa declaración de intenciones comienza ‘Crónica de una tormenta’, película de la argentina Mariana Barassi, basada en la obra teatral de la mexicana Sabina Berman ‘Testosterona’, que se adentra en las entrañas de la redacción de un periódico para narrar las luchas de poder internas que se producen en lo más alto para hacerse con el control dentro de la cabecera.

“Me interesaron muchas cosas de ese libreto. La búsqueda de la verdad en los medios de comunicación en plena era de las ‘fake news’, el envejecimiento profesional prematuro, el rol de la mujer dentro de los ámbitos de poder, así como la voz de la mujer en el discurso público, su cuestionamiento a la hora de ejercer el liderazgo”, cuenta la directora desde el Festival de Málaga poco después de la presentación de la cinta en la Sección Oficial.

‘Crónica de una tormenta’ enfrenta a dos personajes entre los que se establece una relación de poder y sumisión supeditada a la ambición y la discriminación de género. Él es Antonio (Ernesto Alterio), un antiguo reportero de guerra que ha terminado dirigiendo un periódico (de nombre irónico ‘El Nuevo Imparcial’) y que ha perdido por el camino la ilusión por su trabajo, así como su rigor informativo. Ella es Miky (Clara Lago) su antigua pupila en la universidad y que se ha convertido en su mano derecha. Ahora Antonio tiene que elegir a un sustituto para su cargo dentro de un entorno profundamente corrupto, repleto de intrigas y, por supuesto, muy machista.

“Cuando se estrenó la obra de teatro no se había producido ni el MeToo ni las últimas reivindicaciones feministas, así que he adaptado el texto a las circunstancias actuales para hablar de los techos de cristal, las encrucijadas profesionales que genera el deseo de la maternidad que choca con la adicción al trabajo, así como la decepción de no poder avanzar profesionalmente por el hecho de ser mujer”, continúa Barassi.

Magníficos Ernesto Alterio y Clara Lago

La película supone un auténtico ‘tour de force’ interpretativo entre unos magníficos Ernesto Alterio y Clara Lago, encerrados en la redacción solitaria de un periódico, con las rotativas paradas, en una Nochebuena lluviosa y llena de tensión atmosférica. Por primera vez, después de años de colaboración, saldrán a la luz sus respectivas debilidades, sus carencias y decepciones y se pondrán el uno al otro en una situación límite en donde no hay lugar para los sentimientos y cada línea de diálogo se convierte en un cuchillo encubierto.

“Dentro de ese panorama tan turbio, quería hablar de lo que significa hoy en día la búsqueda de la verdad, de dónde sale, de qué manera se cuentan las cosas hoy en día y qué hace falta para contarlas”. Y por supuesto, de cómo a la mujer se la sigue estigmatizando a través de su sexualidad para humillarla en el entorno laboral y situarla por debajo de los hombres que la rodean.