CRÍTICA DE CINE

'Color out of space': invocando a Lovecraft

El escritor estaría satisfecho con esta reconversión a los tiempos modernos de sus horrores atávicos

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Color out of space'

Tráiler de 'Color out of space'. / periodico

Quim Casas

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Con la excepción de tres documentales y otros tantos cortos, Richard Stanley llevaba 23 años sin dirigir una película. El calvario empezó cuando fue despedido del rodaje de ‘La isla del Dr. Moreau’, en 1996. Desde entonces, más de dos décadas intentando encontrar de nuevo su sitio. Demasiado tiempo.

Lo ha logrado de la mano de Nicolas Cage, el actor estadounidense que aún conserva caché y es capaz de involucrarse en los proyectos más delirantes, y de H. P. Lovecraft. El actor encarna al padre de una familia retirada en un rancho que es víctima de algo extraño y terrible procedente del espacio exterior. El escritor proporciona el soporte argumental: Stanley adapta al presente uno de sus relatos maestros, ‘El color que cayó del cielo’ (1927), ambientado en ese rancho familiar situado a una hora de Arkham, la ciudad imaginaria preferida de Lovecraft.

Aunque los personajes vistan como hoy, tengan móviles, ordenadores y wifi, no dejan de ser figuras muy de Lovecraft, de otro tiempo, por lo que los misterios a los que se enfrentan continúan siendo igual de arcaicos como en el original. Stanley quizá dilata demasiado el metraje antes de entrar en materia, y algunos de los efectos especiales (homenaje a ‘La cosa’ de John Carpenter en varias escenas) no están a la altura, pero, en general, Lovecraft estaría satisfecho con esta reconversión a los tiempos modernos de sus horrores atávicos.