CRÍTICA

'Diez planetas': horizontes insólitos

Yuri Herrera se abandona el mundo conocido con la pretensión de escrutar y explorar zonas curiosas y raras

El escritor mexicano Yuri Herrera

El escritor mexicano Yuri Herrera

Ricardo Baixeras

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Yuri Herrera (Actopan, México, 1970) es un escritor exacto en la exploración de mundos alternativos y vidas de personajes insólitos que en numerosas ocasiones andan ocupados y preocupados por el asombro que lo asola. 

Estos diez planetas para los que Herrera ha diseñado un libro unitario en forma de relatos con un mismo aire de familia viene a decir a las claras que ese asombro no depende de un diseño exterior, intergaláctico, terrorífico o plagado de seres inimaginables, adscritos todos cómodamente a lo que queremos llamar ciencia ficción o literatura distópica. Haberla en 'Diez planetas', hayla. Pero ahí no está el quid de la cuestión. No. La extrañeza en Herrera anida en el interior del lenguaje, en cómo mirar de una manera compleja la sencillez de la cotidianidad, que se convierte en cifra de algo más, y en cómo abordamos la lectura de unos relatos que más que nunca dibujan una lógica temporal muy similar. Se abandona el mundo conocido con la pretensión de escrutar y encontrar horizontes insólitos y raros cuyo futuro se convierte en presente, una cercanía que cada uno de estos relatos inscribe en una búsqueda lingüística. Por eso se pueden buscar "tesoros inimaginables… a través de la nariz", convertida de súbito en una gramática, en un modo de leer todo el universo. 

En todos los relatos el asedio decisivo no es extraterritorial, aunque aparezca la pretensión de conquistar un territorio virgen, lejano o insólito, sino afincado en la propia  soledad, cifra de ausencias con las que tienen que lidiar unos personajes ubicados en la frontera que anuda lo finito con lo infinito.