CRÍTICA DE CINE

'La chaqueta de piel de ciervo': todo por unos flecos

'La chaqueta de piel de ciervo', de Quentin Dupieux, se mantiene firme gracias a la interpretación humorística y sin prejuicios de Dujardin

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Critica cine Fotograma película La chaqueta de piel de ciervo / periodico

Quim Casas

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¿Se ha vuelto más “normal” el inclasificable Quentin Dupieux, ese cineasta de lo bizarro que además firma como Mr. Oizo cuando realiza funciones de productor y DJ musical? Viendo su última película, esa es la sensación que podría dar. Es más narrativa y con actores y actrices más conocidos (Jean Dujardin, Adèle Haenel), pero resulta igual de extraña en lo que cuenta y los métodos que elige para contarlo.

'La chaqueta de piel de ciervo' es, en este sentido, más asequible que 'Rubber' o 'Wrong cops', lo que no quiere decir que el cineasta francés se haya vulgarizado, normalizado o vendido a plateas más conservadoras. Esta es una historia singular, en la orilla de la comedia negra, la de un individuo divorciado que se obsesiona con una chaqueta de piel de ante con flecos, gasta casi todos sus ahorros en comprarla, se instala en un pueblo remoto en los Alpes, se hace pasar por director de cine y ve como su esposa le bloquea la cuenta corriente con lo poco que le quedaba de dinero.

Situada su acción en una especie de 'no man’s land', como es habitual en el cine de Dupieux, la película se mantiene firme gracias a la interpretación humorística y sin prejuicios de Dujardin. A diferencia de otros de sus filmes, Dupieux se apoya más que nunca en las interpretaciones antes que en las situaciones, pese a que sigan siendo dislocadas, y eso es relativamente nuevo en su obra.