RESCATE PÓSTUMO DE TEXTOS Y DIBUJOS ESBOZADOS PARA UNA OBRA SOBRE SU NIÑEZ EN EL FRANQUISMO

Perich, el inédito niño del colegio de curas

Un libro autobiográfico y anticlerical del popular humorista gráfico ve por primera vez la luz a los 25 años de su muerte

Viñeta de Perich del libro autobiográfico 'Un abric verd penicil·lina'.

Viñeta de Perich del libro autobiográfico 'Un abric verd penicil·lina'. / periodico

Anna Abella

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“Ateo militante”, decía Jaume Perich que “la religión sirve para ayudarnos a resolver una serie de problemas que no tendríamos si no existiera la religión”. Era anticlerical hasta la médula: “Entre otras razones por haber sido educado en un colegio de curas donde viví y sufrí las barbaridades más increíbles del mundo, la falta de dignidad, las mentiras más infames, la suciedad, todo”, exponía él mismo en los esbozos de ‘Un abric verd penicil·lina’ (Angle-Ajuntament de Barcelona), libro inédito, muy personal y autobiográfico, sátira un punto amarga, que acaba de ver la luz. En él añadía: “Me tocó nacer en la desolada, sucia, gris, hambrienta, triste, católica, apostólica, burra, cruel, imbécil, una y grande España franquista”. 

“Su infancia en el colegio de curas de posguerra le marcó mucho. La educación de los sacerdotes le había traumatizado, decía que era aberrante, que te humillaban y machacaban como persona. Allí el objetivo era desaprender más que aprender, aseguraba”, explica el dibujante Jaume Capdevila, Kap, que comisaría la <strong>exposición que este jueves se inaugura en el Born </strong>con motivo de los <strong>25 años de la muerte del popular humorista gráfico</strong>, y que se ha encargado además de la edición del libro, que también prologa.  

Buceando en el legado del dibujante que la familia legó al Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona, Kap halló, entre miles de dibujos originales y papeles personales, un sobre con un centenar de hojas con notas y dibujos que explicaban qué quería hacer con aquel material. “Sería un libro vagamente autobiográfico sobre los años de bachillerato en un colegio de curas. El libro consiste en unos breves textos, pero bastante irónicos e informativos sobre la idiotez de aquella enseñanza, presentando un dibujo que muestra la estupidez del asunto. (…) Se trata más bien de una AUTOBIOGRAFÍA de una generación… las ideas básicas ya están abocetadas… solo falta ponerlo en limpio”, detalló Perich.

Y a reconstruirlo se puso Kap, pensando en cómo el autor lo habría querido y no en hacer una edición facsímil. Perich, que en vida había publicado más de 20 libros, todos recopilatorios de sus viñetas, añadía en sus notas: “Creo que podría ser un libro de humor un poco diferente: se trata de un material inédito y por primera vez en mi vida HAGO UN LIBRO”. 

Y, mezcla de textos y dibujos repletos de ironía, empieza con un “mi tierna infancia, en plena posguerra, no fue ni tierna ni infancia”. Su escuela, cuenta, “era vieja y roñosa, olía mal, hacía frío en invierno y calor en verano, los pupitres estaban mugrientos, la suciedad de los cristales no dejaba pasar el sol y lo peor de todo: ¡estaba llena de curas!”. Allí, añade, sabían que estos iban a "insultarles, a golpearles, a humillarles" y a hacerles “memorizar cosas inútiles y absurdas”. 

Vestido con un abrigo del color penicilina del título, que afirma que su madre le obligó a llevar hasta que se fue a la mili, “donde el verde fue otro…”, Perich también recuerda momentos de felicidad. “Los tebeos, las novelas, la radio, el cine… eran las únicas cosas que daban un poco de color a aquella infancia nuestra triste y gris… y las chufas. Las chufas… y el futbolín”. Y perlas: “¡Ay, las chicas! Nunca logré entenderlas. Ni ellas a mí, De hecho, aún hoy sigo sin comprenderlas”.