CRÍTICA DE CINE

Crítica de 'Cuestión de justicia': quijotismo de brocha gorda

El director Destin Daniel Cretton recurre a la manipulación con el fin de generar emoción y tensión dramática

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Cuestión de justicia'

Tráiler de la película 'Cuestión de justicia' / periodico

Nando Salvà

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El abogado Bryan Stevenson lleva décadas luchando contra la pena capital y el racismo tanto individual como sistémico en Estados Unidos, que a lo largo de los años han llevado y siguen llevando a numerosos hombres inocentes a una muerte legitimada por el Estado. Para rendir homenaje tanto a su activismo, 'Cuestión de justicia' se centra en sus esfuerzos para exonerar a un hombre de Alabama que en 1988 fue condenado por un delito que no había cometido y encerrado en el corredor de la muerte durante seis años.

La intención obvia del director Destin Daniel Cretton es poner el foco en los abusos que el sistema judicial de su país facilita y los obstáculos que afrontan quienes intentan combatirlos, en el conflicto entre la búsqueda del bien común y la de la reputación personal y en el esfuerzo que los poderosos dedican a protegerse los unos a los otros. Es un objetivo admirable en un mundo cada vez más polarizado por la desigualdad, el racismo y la injusticia, y por eso es una lástima que, para cumplirlo, la película recurra con frecuencia a la manipulación con el fin de generar emoción y tensión dramática.

Asimismo, es un relato carente por completo de sutileza, que echa mano del trazo grueso para dejar claro hasta qué punto el sistema es despiadado e irreparable, y que se esfuerza tanto por retratar a su protagonista como un hombre heroico que se olvida de retratarlo como uno interesante. Cretton lo llena de discursos apasionados y abusa de la tendencia a exagerar lo obvio y exponer elementos expositivos dos y tres veces cuando con una sola sería suficiente, y presenta sus temas de forma tan explícita que por momentos uno espera que los actores se giren hacia la cámara para verbalizarlos. Y, en última instancia, la película por momentos parece sostener que un hombre entregado a exponer las miserias de un sistema corrupto es suficiente para derrotar ese sistema.

Sin embargo, 'Cuestión de justicia' a ratos se olvida de la necesidad de proporcionarnos un mensaje para dedicarse a funcionar como intriga procesal y detallar todo el trabajo nada romántico y muy tedioso requerido para poner en pie una apelación legal. Es entonces, y no en todos esos otros momentos durante los que ondea banderas, cuando resulta absorbente y hasta conmovedora.