EXPOSICIÓN EN BARCELONA

Pérez Siquier, el fotógrafo 'voyeur' del 'kitsch' turístico de los 70

La Fundación Mapfre acoge una retrospectiva sobre el artista almeriense que recoge sus series más famosas desde los años 50 hasta la actualidad

Icult    Carlos Perez Siquier

Icult Carlos Perez Siquier / periodico

Mauricio Bernal

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Para hacerse una idea de la condición de rupturista de la serie 'La playa', una de las más celebradas de la larga carrera de Carlos Pérez Siquier, habría que subrayar el hecho de que el Ministerio de Información y Turismo probablemente jamás le habría comprado esas fotos. Las que luego fueron usadas en los carteles y folletos que el ministerio de Manuel Fraga imprimía con frenesí para promocionar las bondades turísticas de España nada tienen que ver con el espíritu voyeur, irónico y grotesco de 'La playa', ni con su voluntad de desnudar el sustrato 'kitsch' de aquella naciente industria que arrojaba al litoral español a miles de impúdicos veraneantes inventores de un nuevo mundo. Pero el caso es que las hizo al mismo tiempo: las fotos para atraerlos y las fotos para, en cierto modo, ponerlos en evidencia. Es uno de los sentidos que tiene la palabra 'ironía' cuando se aplica a esta serie, y se aplica con frecuencia.

La magnífica serie 'La playa' es una celebración de la carne, de la estética setentera y del color

Como Català-Roca, como Ramón Masats, como Francisco Ontañón y como otros fotógrafos de la época, Siquier fue reclutado por el régimen para fotografiar la España que había de atraer al turista. Fue a finales de los 60. El fotógrafo almeriense hizo fotos en todo el litoral mediterráneo, que recorrió a bordo de un ciclomotor siguiendo el trazado de la N-340, por supuesto con el sol y el viento como compañeros, con un ojo puesto en la promoción y con el otro al servicio de su arte. De esa segunda mirada brotó 'La playa', fotográficamente una especie de risa contenida, una celebración de la carne expuesta, abundante, tostada y aceitosa a la vez que de la estética setentera, pero también una fiesta del color en una época en que la fotografía artística aún estaba tiernamente apegada al blanco y negro. Igual que el periodista-escritor que toma nota de algún detalle de la escena del crimen para incorporarlo a su siguiente novela, a Pérez Siquier, mientras trabajaba, "le iban asaltando las escenas opuestas que conformarían su serie 'La playa', contraimagen del turismo embellecido del discurso oficial".

"Novedoso" y "arriesgado"

La frase forma parte de las cartelas de 'Pérez Siquier', la exposición monográfica que la Fundación Mapfre dedica hasta mayo al artista almeriense en su sede de la Casa Garriga Nogués, en Barcelona, con más de 170 fotografías expuestas en pared, una sección documental y un recorrido por sus series más famosas: la magnífica 'La playa' y la no menos magnífica 'La Chanca'; 'La Chanca en color', 'Informalismo', 'Trampas para incautos', 'Encuentros' y 'La Briseña'. Una exposición con voluntad tanto exhaustiva como retrospectiva sobre la trayectoria de un fotógrafo que llevó a cabo un trabajo "novedoso" y "arriesgado" "desde uno de los rincones más aislados y con menos actividad cultural de la España de mediados del siglo pasado, la provincia de Almería”, como destaca en el catálogo editado para la ocasión el comisario de la muestra, Carlos Gollonet, conservador jefe de Fotografía de la fundación.

Escribe Gollonet que hay una "aparente contradicción" en el trabajo de Pérez Siquier debida a "los drásticos cambios de tema o el cambio del blanco y negro al color", pero que el análisis de su trabajo descubre "una sólida coherencia" que radica en "la innovación", "la inteligencia para ver posibilidades donde aparentemente no las había" y "la pasión por el medio"; el visitante descubrirá además una coherencia estética, sin duda conmovedora, cuando llegue a la serie de 'La Briseña', la última del recorrido: las fotos que Pérez Siquier ha hecho de su cortijo almeriense durante los últimos años, entre el 2015 y el 2017. Las fotos de su "repliegue hacia el interior", según reseñan los responsables de la muestra. Ya habrá pasado para entonces por 'La Chanca', ese dechado de neorrealismo fotográfico sobre la barriada almeriense del mismo nombre que llevó a cabo en los años 50 y 60; y por 'Informalismos', las fotos de las cicatrices que quedaron en las viviendas del barrio cuando el Ayuntamiento de Almería decidió intervenirlo, en 1965; y difícilmente no verá ángulos y sombras de 'La Chanca' original, y texturas como las de las casas abandonadas en las fotos de su residencia de verano. Eso también es coherencia.