TENÍA 75 AÑOS

Muere Carlos Raluy, un clásico del circo

El director del Circo Histórico Raluy se encontraba en Barcelona preparando el estreno del espectáculo 'Un viaje por el tiempo'

Carlos Raluy, en una imagen del 2017 en Barcelona.

Carlos Raluy, en una imagen del 2017 en Barcelona. / periodico

Gemma Tramullas

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Ser hijo de un hombre-bala y de una acróbata marca para toda la vida. Carlos Raluy (Sant Adrià del Besòs, 1944-Barcelona, 2019) no solo llevaba el circo en la sangre; él era el circo. "El día que me retire moriré al día siguiente porque ya no tendré lo que me hace vivir, que es la enfermedad del circo. Si fuera una enfermedad tendría cirquitis aguda", declaró a la revista 'Zirkòlika' por su 70º aniversario.

Codirector y presentador del Circo Raluy hasta el 2016 -cuando parte de la familia creó otro circo y él se quedó al mando del Circo Histórico Raluy-, cada vez que venía con su espectáculo navideño a Barcelona invitaba a la prensa a charlar en una de las caravanas de época que eran el sello de la compañía. En aquellas deliciosas conversaciones podía salir de todo: desde la anécdota de su movido estreno en Portugal en plena Revolución de los Claveles hasta la historia de los dos gorilas que él y su esposa, Militta Chy, criaron en su caravana.

Carlos Raluy se estrenó como acróbata con su padre y sus hermanos en las barras fijas. Tenía solo 13 años y apenas alcanzaba la barra. Durante 15 años la familia realizó este y otros números para otros compañías. Una de estas actuaciones, en los años 60, fue en la Isla Reunión (al este de Madagascar), donde jamás habían visto un circo. Los Raluy siguen yendo cada verano a este punto del océano Índico, que se ha convertido en su segunda casa.

De mente soñadora y buen olfato para los negocios, Carlos Raluy explicó que en 1983 tuvo la idea de crear un circo a la antigua, tal y como lo imaginaría un niño. En 1984 nacía el Circo Raluy, cofundado con su hermano Lluís, payaso y genio matemático al que estaba muy unido.

Sus caravanas de los años 30 y 40 y sus camiones de la segunda guerra mundial, que consumían tanto combustible que hacían temblar el presupuesto de la compañía, se hicieron famosos, así como un estilo que rescataba el circo clásico de los años 20 y 30 con números de calidad. Con los años, su apuesta se demostró un éxito y cosechó el Premio Nacional de Circo, la Creu de Sant Jordi y el Premi Ciutat de Barcelona de Circ.

Sus maneras de presentador, la figura del 'monsieur loyal' francés, eran austeras, fruto probablemente de su timidez, pero los espectadores recordarán siempre sus "bravo, bravo" después de cada actuación. La saga no termina con él. Su hija y sus nietas, así como sus sobrinas, también son acróbatas en los tres circos nacidos del primer Circo Raluy que actualmente están de gira.

Carlos Raluy acababa de llegar de una gira de seis meses por las islas Baleares y se disponía a estrenar la temporada navideña en Barcelona cuando, la noche del sábado, le falló el corazón. La familia ha decidido no anular el estreno del próximo día 29 en el Port Vell porque es lo que él hubiera querido. 'The show must go on'.