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Las anécdotas de 'El despertar de las hormigas' explicadas por su directora

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Eduardo de Vicente

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Esta semana llega a nuestras pantallas una película pequeñita, pero hecha con el corazón, que no merecería pasar desapercibida. Se trata del drama costarricense El despertar de las hormigas, un filme que intenta visibilizar los problemas de la mujer El despertar de las hormigas,a partir de la experiencia de su protagonista, Isabel (Daniella Valenciano). Se trata del debut en el largometraje de la directora Antonella Sudasassi, que quiere destapar los micromachismos y sumisión a la que se ven obligadas.

Isabel es una joven casada y con dos hijas que trabaja como costurera haciendo vestidos para sus vecinas. Su marido tiene una situación laboral inestable y sus dificultades económicas son muchas. Él insiste en que quiere tener un hijo, sobre todo con la esperanza de que sea un varón, pero ella no desea más cargas sobre sus espaldas. Está ocupada con su labor y las tareas domésticas y no tiene tiempo para más. Su esposo no es mala persona, pero no sabe ni siquiera dónde están los platos en su propia casa y no es consciente de la estresante vida que soporta su pareja.

Este interesante y muy realista drama se ha paseado con muy buenas críticas por festivales como el de Berlín y Málaga pese a su reducido presupuesto. Es el momento de que su directora nos explique cómo sortearon la falta de medios y otras anécdotas del rodaje.

-El origen: la segunda parte de una trilogía. "El despertar de las hormigas es un proyecto transmedia que consta inicialmente de tres partes donde, a través de distintos personajes e historias de mujeres en diferentes etapas de la vida, buscamos cuestionar los roles de género y llevar el tema de la sexualidad femenina al centro de la discusión. Consta de un cortometraje de ficción (niñez), un largometraje de ficción (juventud, esta película) y un largometraje documental (madurez, actualmente en desarrollo). El proyecto invita a artistas de todo el mundo a participar del diálogo a través de intervenciones sobre el tema desde sus distintas trincheras artísticas, cuya exhibición ha culminado con una muestra paralela al estreno en salas en Costa Rica. El proyecto también es compartido por redes sociales".

-La fiesta familiar: "La película retrata la vida en familia, esas dinámicas que todxs lxs que venimos de una familia grande entendemos, las presiones, expectativas, decisiones. Quería que fuera lo más real posible así que las escenas de las fiestas y, muy en contra de lo recomendado por mi sonidista y seguramente la mitad del equipo, las grabamos en tomas largas sin cortes, sin contraplanos, donde todxs hablaban como si realmente estuvieran en una fiesta. Sólo puedo decir que la postproducción de sonido, estuvo lejos de ser divertida. Definitivamente aprendí la lección, por suerte le da un toque documental que ha sido muy valorado. La escena del queque (pastel) fue una de las mejores y más divertidas escenas de grabar, y es que, quién no se ha imaginado hacer algo así alguna vez".

-El pueblo y los “actores”: "La gran mayoría de los secundarios no son actores profesionales, sino vecinos de San Mateo, el pueblo donde rodamos la película. Un pueblo que se mantiene intacto en el tiempo, de apenas unas calles donde la iglesia y la plaza principal son las grandes protagonistas. Donde no hay hoteles ni bares para salir a bailar, sólo un par de cantinas donde el guaro (licor tradicional) y la comida son las principales distracciones. Estuvimos meses organizando talleres para acostumbrarlos a la cámara y que generaran vínculos para que parecieran familia o amigxs en la pantalla".

-La escena más incómoda. "Estábamos a punto de grabar la escena donde Isabel (interpretada por Daniella Valenciano) sale a un bar con su amiga Mireya (Carolina Fernández) y se encuentran a un amigo con el que tienen una escena un tanto sensual, Carolina me comentó que ella y el no actor eran cuñados en la vida real, y que sus parejas no sabían que estaban filmando esta escena y que les preocupaba. Ante la situación y después de aceptar tuvimos que hacer varios ejercicios de confianza para que no se sintieran tan incómodos de manosearse un poco frente a la cámara. Según nos dijeron después de verla, sus parejas no se molestaron mucho, afortunadamente".

-Los borrachos y el baile: "Cuando grabamos la escena donde Isabel y su pareja, Alcides (Leynar Gómez) salen a bailar a un bar de la zona e Isabel disfruta mucho al ritmo de la canción Hasta morir de placer, por cuestiones de presupuesto no pudimos cerrar el bar por completo, así que los habituales bebedores de la zona estaban presentes. Nuestro equipo con muchas mujeres en todos los departamentos (dirección, producción, arte, fotografía) sintieron de primera mano el acoso de los ahí presentes. Contra más tardábamos en sacar adelante la secuencia, más intensos y borrachos se ponían. Era tal el nivel de estrés que casi termina a golpes entre algunos borrachos y miembros del equipo. Fue una situación insostenible, sin duda nos golpeó en la cara la razón por la cual estábamos filmando esta película: muchos hombres siguen creyendo que nuestro cuerpo les pertenece".

-Duchándose con abejas: "Sí, en la película salen insectos que utilizamos de forma simbólica para representar la presión emocional del personaje. Aunque parezcan muchos, estos fueron los pocos que pudimos controlar. Daniella fue una guerrera que se apuntó a todas mis locuras, quizás la más extraña fue la de la ducha. Hicimos una primera toma que cortamos casi de inmediato porque nos empezaron a atacar a todxs. Para la segunda toma, parecía que íbamos a una batalla, cubiertxs de pies a cabeza, Daniella, en cambio, desnuda en la ducha, ni se quejó. Solo en dos o tres ocasiones que las abejas (son abejas sin aguijón, cuando pican se siente como si pegaran pequeños mordiscos) la picaron en lugares bastante incómodos y, no sobra decirlo, inapropiados".

-Un reparto de bichos. "Algunos de los bichos que nos atormentaron por semanas fueron: la rata, un animal salvaje de desproporcionadas dimensiones en una de las localizaciones principales que nos amenazaba con comernos vivos, o el famoso cucaratón (una cucaracha de campo del tamaño de un ratón), la culebra que quisimos para una de las escenas que se escapó y apareció en el bulto de uno de los miembros del equipo, un gato que rondaba cada día con algo diferente en la boca, quizás el más llamativo la cabeza de una gallina, alacranes, sapos, abejas, hormigas y un gran etcétera. En fin, un desfile de insectos y animales que nos recordaban lo particular de vivir a más de 30 grados en el campo tropical".

-El final: "La escena final de la película fue la última escena que grabamos. No había cabida para repeticiones, incluso fue la única escena que se grabó con dos cámaras. Estábamos en los primeros días de mayo y eso en Costa Rica, país tropical, significa una cosa: lluvia, y no cualquier lluvia, aguacero tropical. Habíamos hecho todo tipo de pruebas y, cuando llegó la hora, la niña mayor se arrepintió y no quería hacer la escena. Tras horas intentando convencerla, la luz se estaba yendo y la lluvia amenazaba. Se escuchaban truenos y las nubes se aproximaban. Tocaba tomar una decisión: grabábamos todo con lluvia (a pesar que el diseño de luces nos recordaba a una tarde primaveral) a sabiendas que tendríamos que regrabar todos los diálogos después, o lo cambiábamos para incorporar la lluvia en la escena. Cual Cenicienta, salí a consultar a los pájaros que anunciaban a gritos la llegada del agua por si me daban la oportunidad de grabar la escena. Después de un intercambio de sonidos y miradas, decidí grabar. La secuencia, desde que grité acción, duró unos 12 minutos que, por supuesto, se hicieron eternos. Terminó, todos aplaudimos y nos abrazamos y empezó la lluvia, una tormenta que dificultó celebrar que habíamos terminado un rodaje intenso y hermoso".

-El estreno: "El estreno de una película suele ser decisivo, después de un año y medio de postproducción que se alargó por la escasez de recursos, tocaba estrenar. Nuestro agente de ventas apuntaba a los festivales de principios de año. Sin noticias y cerca de Navidad, la preocupación crecía. A punto de la resignación, nos llegó la gran noticia: estrenaríamos en Berlín. Fue mágico. Yo había vivido allí durante cuatro años, y volver para estrenar la película en el Festival donde años antes soñaba con hacerlas mientras aguantaba largas filas para comprar entradas a temperaturas bajo cero y ver películas que me inspiraran fue algo realmente mágico".

-La recepción: "Lo más lindo del estreno fue compartirlo con Daniella y Leynar, además de miembros del equipo que veían la película por primera vez. Eso, y que pude dedicarle en persona la película a mi madre, que nos acompañó. Después de un aplauso caluroso subimos al escenario para la sesión de preguntas y respuestas. Veía los ojos emocionados de Dani, actriz profesional de teatro que actuaba ante las cámaras por primera vez. Después de presentarnos no pude evitar tomar el micrófono para preguntarle a ella qué le había parecido y cómo se sentía. Después de un corto silencio dijo: "Estoy en shock, ahora todo Berlín y el mundo conocerán hasta las pecas en mis tetas". El inmenso cine estalló en risas y así rompimos el hielo".