MUESTRA FOTOGRÁFICA

Oriol Maspons, de la Gauche Divine a Las Hurdes

'Oriol Maspons. La fotografía útil'. La comisaria de la exposición del MNAC comenta la muestra

'Oriol Maspons. La fotografía útil'. La comisaria de la exposición del MNAC comenta la muestra. / periodico

Anna Abella

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Sí, retrató a los hippies y a las primeras turistas y modelos en biquini en la Eivissa de los 50, abanderadas por la icónica imagen de Monique Koller, a la Gauche Divine, el famoso universo de intelectuales y artistas de la Barcelona de los 60, del que también formó parte, y a la Nova Cançó, con nombres como Serrat, Raimon o Llach, Maria del Mar Bonet. Pero el renovador Oriol Maspons (1928-2013), en palabras del director del Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC)Pepe Serra, “uno de los grandes fotógrafos de la segunda mitad del siglo XX, un avanzado, que creó escuela”, documentó también con su cámara el terremoto que en 1972 arrasó Managua, la miseria de Las Hurdes o del barraquismo de la Barcelona de posguerra en los 50. Frente a la fotografía artística, Maspons hacía «fotografía útil», decía él mismo, término que da título a la amplia retrospectiva que hasta el 12 de enero dedica el MNAC a un creador, según la comisaria Cristina Zelich, que también entendía «la fotografía como notaria de su tiempo, como lenguaje para documentar su época».

De las 530 fotos (todas 'vintage') que forman la muestra, muchas son inéditas o poco conocidas, como una serie de Suráfrica u otra hecha en Cuba en 1967, que debía formar parte de un proyecto de libro con José Agustín Goytisolo, que no llegó a buen puerto porque al fotógrafo no le convenció el texto del escritor. También un reportaje nunca publicado sobre el seísmo de Managua. Zelich pudo identificarlo como un encargo de la Cruz Roja, del que Ana María Moix habló de él en su sección para ‘Tele-Express’ ‘24 horas con’, pues las imágenes estaban dispersas en el inmenso archivo de 7.000 piezas (papel, negativos y documentos) que el artista depositó en el MNAC en el 2011 (del que el museo adquirió 200 fotos) y sobre el que el centro ha trabajado inventariándolo y digitalizándolo gracias a la Fundación Nando y Elsa Peretti (mecenas y una de las famosas modelos de Maspons, cuya imagen preside la muestra) y a Agrolimen. 

Tras unos inicios que dejaron imágenes del álbum familiar con fotos de Barcelona con clara intención estética, Maspons se dio cuenta de que “tenía otra forma de entender la fotografía, hacía una fotografía útil, aplicada a los reportajes, la publicidad [como las memorables campañas para Lavanda Puig o los mecheros Flaminaire], carátulas de discos [muchas diseñadas por Jordi Fornas], libros [como la portada de ‘Últimas tardes con Teresa’, de Juan Marsé o el ‘Barcelona Pam a Pam’ de Cirici Pellicer]…”, explica Zelich, que junto a las imágenes originales expone el producto final.  

"Mi maestro", Català-Roca

Esa filosofía útil de Maspons le costó la expulsión de la Agrupació Fotogràfica de Catalunya, donde había entrado en 1952,  tras publicar el artículo ‘Salonismo’ (1957), donde criticaba a quienes hacían fotografía artística, valores estéticos conservadores que defendía la asociación. Allí había conocido a Francesc Català-Roca -“mi maestro”, decía-, quien le animó a dedicarse profesionalmente a la fotografía, y que hizo asociándose con Julio Ubiña

“Persona inquieta, curiosa, a la que le gustaba el contacto con la gente y que admiraba y amaba a las mujeres”, apunta la comisaria, antes había viajado a París en 1955, donde no dejaría de volver y donde conoció a los grandes del medio, Cartier-Bresson, Doisneau, Brassaï..., y a Londres en 1956.

Fotolibros pioneros

Llegarían pronto reportajes para ‘Gaceta Ilustrada’, ‘Destino’, ‘Interviú’, ‘Triunfo’, ‘Cuadernos de arquitectura’, ‘París-Match’, ‘Elle’…, las fotos para las portadas de la colección ‘Biblioteca Breve’ de Seix Barral y, en 1961, su participación, gracias a su amistad con Esther Tusquets, en la pionera colección de fotolibros de Lumen ‘Palabra e imagen’, con títulos como ‘La caza de la perdiz roja’, con textos de Miguel Delibes, ‘Toreo de salón’ (con Camilo José Cela) y ‘Poeta en Nueva York’, con poemas de Lorca (estos dos con Ubiña).  

Según un más que orgulloso Àlex Maspons, hijo del fotógrafo, a su padre "le gustaba que su obra fuera publicada, expuesta y difundida, incluso más que hacer la propia fotografía". Es fácil deducir qué habría pensado ante la retrospectiva del MNAC.